Reseña DC COMICS Justice League of America: El Clavo. Todo empieza con un pequeño cambio

Justice League of America: El Clavo nos muestra un universo DC donde un simple accidente impide la llegada de Superman y cambia para siempre el destino de la JLA.

Los Universos Elseworlds dentro de DC Comics son similares al concepto What If? de su competencia directa, un pequeño o un gran cambio generan una realidad donde las cosas sucedieron de forma diferente. Panini Comics recoge una clase de historia en un volumen muy interesante.

La batalla de Bosworth

Cuenta la historia, mucho antes de que la Justice League of America llegara a formarse siquiera, que allá por 1485 tuvo lugar la batalla definitiva que decidió La Guerra de las Dos Rosas, que puso fin a la Inglaterra medieval. Cerca de Bosworth se enfrentaron los ejércitos de Ricardo III y de Enrique VII, con victoria del segundo.

Aquello supuso el final de la Dinastía Plantagenet y el inicio de la Dinastía Tudor. No hablamos de algo baladí. La leyenda nos ha traído a nuestros días que aquella confrontación tuvo un desarrollo cuando menos curioso, tanto que hoy en día su significado todavía se emplea para explicar el modelo del queso suizo, en lo que a Seguridad en Tierra en aviación respecta. La famosa historia del clavo, con la que empieza este volumen de DC Compact que recibe ese mismo nombre.

Un poema de George Herbert de 1651 es la razón de ser de una disertación que va arrastrando un hecho tras otro. Por la falta o mala instalación del clavo de una herradura, esta se pierde, provocando la caída del caballo que la portaba y por tanto derribando al caballero que iba sobre su montura.

Ese caballero resulta ser el Rey Ricardo III y da lugar a la frase “Mi reino por un caballo”, que podemos encontrar dentro de la obra, con el nombre del rey, que escribió William Shakespeare, cuya redacción data de finales del Siglo XVI, anterior al poema de Herbert, en torno a 1591 o 1592. Ricardo perdió la vida en Bosworth y dejó libre el trono de Inglaterra para que lo ocupase el vencedor de la guerra.

Alan Davis se ha basado en todo esto que os dejo aquí resumido para plasmar su historia, una en la que la Justice League of America no pudo disfrutar de uno de sus miembros más emblemáticos, Superman. Y todo por un clavo, esta vez el que había pinchado la rueda de la camioneta de los Kent, que terminaron por no encontrar a Kal-El.

La mentira que repetida muchas veces se convierte en verdad

Pero esta base histórica no es solo más que la excusa para plantear una lucha muy diferente, la que amenaza a los superhéroes con enterrarles bajo la sospecha de ser lo que no son, ampliando al racismo y a los intereses de las corporaciones y gobiernos unas temáticas que ya preocupaban en los años noventa del Siglo XX y que siguen igual de vigentes a día de hoy, cuando ya cumplimos una cuarta parte del Siglo XXI.

Justificado como una forma de alejar a los supervillanos superhumanos de sus ciudades, una serie de ataques de bandera blanca (esos que provocan las propias naciones para acusar a otras o a determinados colectivos, véase la Noche de Los Cristales Rotos en la Alemania Nazi, por poner un ejemplo ampliamente conocido) van a poner contra las cuerdas a la JLA y a otros grupos de superhéroes como los Outsiders o la Doom Patrol, además de encargarse de aislar a La Tierra del resto del universo para que los Green Lantern Corps no puedan acudir en la ayuda, incluso teniendo que lidiar con Darkseid.

Mientras, Lex Luthor, como alcalde de la ciudad de Nueva York, va a seguir orquestando una severa campaña contra los héroes, prohibiendo incluso que mantengan ninguna actividad en Metrópolis.

Todo dificultades para Wonder Woman, Martian Manhunter, Flash, Atom, Aquaman, Hawkwoman, Green Lantern y Batman. Juntos y por separado tendrán que afrontar incluso grandes pérdidas que van a modificar sus formas de ser el día de mañana, todo por conseguir reponerse a las adversidades y recuperar la normalidad perdida, esa en la que el público les vitoreaba cuando lograban salvar sus vidas, la que han perdido a razón de una trampa tras otra que les ha terminado dejando en un mal lugar, casi como si fueran todo lo que intentan evitar.

La creación de un mito

Eliminar de la ecuación a una variante tan importante como Superman puede marcar a toda una formación de la Justice League. En este caso hablamos de la Justice League of America de la Edad de Plata de DC Comics, la que transcurrió entre los años 1956 y 1970. Ese es el periodo que Alan Davis eligió para colocar las piezas en su lugar.

De hecho el respeto por aquella Justice League of America es tal que solo se ha permitido ciertas licencias con Martian Manhunter y con Hawkwoman. Con El Clavo dejó patente que la ausencia del Hombre de Acero le podría costar todo, y, precisamente en el desenlace, con la explicación a las variaciones experimentadas por aquel desafortunado pinchazo, que solo Kal-El puede volver a poner todo en su lugar adecuado.

Davis juega sus cartas con mucha habilidad, no deja ninguna fisura por la que se pueda colar alguna otra explicación. Aprovecha para ser crítico con la sociedad y plasmar en toda su grandeza el maravilloso dibujo al que nos tiene acostumbrados, entintado por su fiel compañero Mark Farmer y con color de Patricia Mulvihill.

El Clavo es una lección de historia pero también esa forma sencilla de decirnos que, a veces, con una pequeña variante las cosas pueden ser muy diferentes, hasta el punto de marcar nuestras vidas. Los errores son inevitables si no conseguimos desalinear alguno de los sucesos que marcan la historia, de ahí lo del queso suizo, buscadlo, entenderéis perfectamente todo lo que os quiero decir.

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