Un país de Latinoamérica se prepara para alcanzar el espacio. En una provincia rural, ingenieros construyen el primer cohete hecho completamente en casa

Lejos de los grandes centros tecnológicos, este país está dando forma a un proyecto que podría cambiar su historia científica: Aventura I, el primer cohete diseñado y fabricado íntegramente en el país, creado por la startup TLON Space desde el nuevo Puerto Espacial.

En una región totalmente tranquila, donde las vacas y el viento suelen marcar el ritmo de los días, un grupo de ingenieros está preparando algo que parece salido de otro mundo: un cohete hecho completamente en el país. El proyecto, liderado por la startup TLON Space, busca colocar a Argentina en un mapa que hasta ahora parecía reservado a las potencias.

El vehículo, bautizado Aventura I, representa un salto histórico para América Latina. Si su lanzamiento resulta exitoso, el país se unirá al grupo de apenas diez naciones con capacidad para enviar cohetes al espacio desde su propio territorio.

El sueño que tomó forma en Lobería

La historia tiene lugar en Lobería, una pequeña localidad costera cercana a Necochea. Allí se levanta el Puerto Espacial Malacara, un enclave que hace unos años nadie imaginaba posible. Desde ese punto, TLON Space, fundada por Pablo Vic y Gerardo Natale, lleva más de quince años desarrollando tecnología espacial nacional.

Su creación, el cohete Aventura I, mide solo diez metros y pesa menos de una tonelada, pero concentra una hazaña mayor: cada componente fue diseñado y construido en Argentina. Desde el fuselaje ultraliviano hasta el motor principal, conocido como ECOSTAR, que combina una electrobomba ecológica con sistemas de navegación autónoma, todo el desarrollo se realizó con ingenio local.

Una red científica que se expande

Lo que comenzó como un sueño en un taller de ingeniería se transformó en una red nacional de innovación. Universidades, laboratorios y centros de investigación de distintas provincias colaboran en el proyecto, compartiendo conocimiento y recursos.

El espíritu de cooperación busca demostrar que la independencia tecnológica también puede lograrse desde el sur del mundo. En palabras de Vic, uno de sus fundadores, “la idea no era importar soluciones, sino crear una industria que nazca acá, con nuestras propias manos y nuestras propias cabezas”.

El impulso que cambia algo más que la ciencia

El Puerto Espacial Malacara fue elegido por su geografía: su posición en la costa bonaerense permite trayectorias de vuelo seguras hacia el océano Atlántico. Desde allí, TLON Space planea seis lanzamientos al año y la fabricación de hasta 200 cohetes anuales, una cifra que promete mover la economía local y generar nuevos empleos técnicos.

El impacto del proyecto ya se siente entre la sociedad. Jóvenes de la región comenzaron a estudiar ingeniería, física o programación inspirados por lo que ocurre en su propio pueblo. El futuro, antes algo lejano, se volvió tangible: se puede tocar, soldar, ensamblar.

El sur también despega
Para América Latina, alcanzar el espacio siempre pareció un sueño reservado a otros. Sin embargo, en un rincón de la provincia de Buenos Aires, Argentina demuestra que el ingenio y la perseverancia pueden más que la distancia tecnológica.

Aventura I no es solo un cohete: es una declaración de principios. Es la idea de que un país que apostó por la ciencia, incluso en sus momentos más difíciles, puede volver a mirar al cielo con orgullo y decir: nosotros también podemos hacerlo.

Si el lanzamiento se concreta, Argentina no solo romperá una barrera técnica: marcará el inicio de una nueva era para la ciencia latinoamericana, donde los sueños espaciales ya no despegan solo desde el norte, sino desde el corazón del sur.

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