El joven, oriundo de Necochea pero radicado hace quince años en Río Grande, superó el examen final de su «Proyecto Final» y se tituló en la Universidad Tecnológica Nacional. El flamante profesional destacó el rol clave de sus afectos para gambetear los desafíos de la cursada, incluyendo la interrupción por la pandemia.
RÍO GRANDE.- La Facultad Regional Tierra del Fuego de la Universidad Tecnológica Nacional (FRTDF-UTN), sumó un nuevo egresado a sus filas. Maximiliano Salvador Lorenzo, quien a sus 26 años coronó el periplo de la carrera de Ingeniería Electromecánica.
Lorenzo, logró un 10 en su «Proyecto Final» ante el tribunal examinador, que estuvo presidido por el Ingeniero Hugo Guillermo Bonifacini e integrado por Damián Ernesto Ferreyra y Francisco Álvarez y la Licenciada Estela Acosta.
El flamante ingeniero, si bien nació en Necochea, lleva quince años viviendo en Río Grande, por lo que se considera «más riograndense que bonaerense». Su trayecto en la Facultad comenzó en 2019, eligiendo la carrera de Ingeniería tras investigar las incumbencias disponibles en la ciudad.
El camino de Maximiliano no estuvo exento de complicaciones. Si bien cursó los cinco años que corresponden a la carrera, su primer año se vio atravesado por la pandemia de COVID-19, lo que lo obligó a hacer un “parate”.
«En pandemia dejé el primer año, debido a las condiciones de cursado, pero recuperé segundo año… y así año a año, hasta el año pasado, que terminé quinto año,» le relató Lorenzo a Prensa Universitaria, confirmando que la perseverancia fue por demás importante para completar el ciclo académico.
Al ser consultado sobre cómo logró sortear los inevitables «altibajos» y los momentos de desánimo que suelen aparecer en la vida universitaria, el joven Maximiliano fue categórico al señalar que el éxito fue un «mix» de apoyos.
«La amistad, las relaciones sociales que te brinda la facultad ayuda muchísimo. Los grupitos siempre te empujan, los docentes, y la familia es fundamental. Creo que gran parte de mi título le pertenece a mi familia» puntualizó. Lorenzo destacó especialmente que el creer en él fue un «gran crédito» que se llevan sus afectos, lo cual fue fundamental para seguir adelante y alcanzar la meta.
Con este logro, el joven profesional se pone a tiro para iniciar su carrera laboral, dejando un testimonio claro sobre la importancia del apoyo social y familiar para alcanzar los objetivos académicos.