Obispos llaman a no vivir la Navidad de espaldas a la pobreza y la inseguridad

Lejos de un saludo exclusivamente litúrgico, pusieron el foco en los problemas sociales que atraviesan la región y el país, con llamados explícitos a la responsabilidad colectiva y al compromiso con los sectores más vulnerables.

Horas antes de la celebración de la Navidad, obispos católicos de distintas diócesis de las provincias patagónicas difundieron su tradicional mensaje conjunto. Este año, el pronunciamiento tuvo un tono marcadamente social y abordó de manera directa algunas de las problemáticas más profundas que atraviesan la realidad actual.

El mensaje fue difundido a través de un video en redes sociales y reúne las voces de obispos de Río Negro, Neuquén, Chubut y Santa Cruz. A lo largo de las intervenciones, el eje común es claro: la Navidad no puede vivirse como una celebración ajena a la pobreza, la inseguridad y la exclusión social.

El mensaje se abre con la palabra de Oscar Miñarro, obispo del Alto Valle de Río Negro, quien habla desde General Roca y plantea que la festividad cristiana no puede quedar desligada del contexto social actual.
“No podemos celebrar la Navidad de espaldas a la realidad que viven tantos hermanos”, advierte, y subraya la necesidad de asumir una mirada más comprometida frente a las desigualdades. Ese llamado marca el tono de todo el mensaje.

En la misma línea se expresa Fabián González, obispo auxiliar de Río Gallegos, quien pone el acento en la responsabilidad social colectiva. “La indiferencia no puede ser una respuesta frente al sufrimiento de los demás”, sostiene, y remarca que la fe también se expresa en acciones concretas.

Desde Chubut, el obispo de Comodoro Rivadavia, Jorge Wagner, advierte sobre la fragilidad del entramado social y la necesidad de recomponer vínculos. “Estamos llamados a reconstruir la confianza y el cuidado mutuo”, señala, en un contexto marcado por la incertidumbre y la violencia cotidiana.

También desde Santa Cruz, el obispo de Río Gallegos, Ignacio Medina, hace referencia a las consecuencias sociales de la pobreza persistente. “La pobreza no es una estadística: tiene rostros concretos y duele”, afirma, y convoca a no naturalizar situaciones de exclusión.

El obispo de Neuquén, Fernando Martín Croxatto, suma una reflexión centrada en la justicia social. “No hay paz posible sin justicia y sin condiciones de vida dignas”, plantea, y llama a asumir compromisos que trasciendan las palabras.

Desde la prelatura de Esquel, José Slaby se refiere al impacto del hambre y la exclusión en amplios sectores de la población. “El hambre es una herida abierta que interpela a toda la sociedad”, expresa, en una de las definiciones más contundentes del mensaje.

En tanto, el obispo de Viedma, Esteban María Laxague, retoma el sentido comunitario de la Navidad. “Nadie se salva solo: o salimos juntos o no salimos”, afirma, reforzando la idea de una salida colectiva a la crisis social.

Finalmente, el obispo de Bariloche, Juan Carlos Ares, y el de Rawson, Roberto Álvarez, coinciden en destacar la necesidad de sostener la esperanza sin negar la realidad. “La esperanza cristiana no es evasión, es compromiso con lo que duele”, señalan.

A lo largo del mensaje, los obispos coinciden en describir una sociedad atravesada por la pobreza, la inseguridad y la fragilidad de los lazos sociales, pero también en remarcar que la Navidad puede ser una oportunidad para volver a mirar al otro, asumir responsabilidades y no naturalizar la exclusión.

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