Te imaginas una guerra famosa con dinosaurios sueltos y acechando, esta es la propuesta de la película Primitive War
¿Qué pasaría si en medio del caos de la Guerra de Vietnam aparecieran dinosaurios? No, no es un cómic ni una película de animación. Es real, se llama Primitive War y promete convertirse en una de las experiencias más salvajes que veremos este año en cines. Puede sonar absurdo sobre el papel, pero el equilibrio que propone entre acción bélica y ciencia ficción prehistórica no solo funciona: atrapa.
Y es que Primitive War no es otra película de monstruos ni una de esas cintas que se ríen de sí mismas. Aquí hay un esfuerzo claro por mantener el pie en la tierra… al menos cuando no hay un velociraptor corriendo por la selva. Su director, Luke Sparke, lo tiene claro: si no funciona como una historia de guerra, el resto se derrumba. Y en esta cinta, cada explosión, cada mirada entre soldados y cada enfrentamiento con lo imposible tiene un peso emocional real.
Primitive War es un escenario improbable, pero muy real
La historia de Primitive War arranca en 1968, en una zona remota de Vietnam. Un grupo de soldados estadounidenses, curtidos en batalla, se adentra en la jungla sin saber que lo que encontrarán no es solo el enemigo humano, sino criaturas que deberían estar extintas. Sí, dinosaurios. Pero no cualquier dinosaurio. Aquí se juega con la idea de que esa selva aislada ha sido preservada del tiempo, una cápsula donde la evolución tomó otro rumbo.
Jeremy Piven, uno de los protagonistas, explicó durante la Comic-Con de San Diego cómo fue rodar una historia tan fuera de lo común, y por qué era clave que el tono fuera el de una película de guerra seria, no una parodia. «Si no funciona como película bélica, no te vas a creer nada más», dijo. «Teníamos escenas que se editaban directamente en el set, y al verlas ya notábamos lo bien que se veía todo. Era inspirador».
La clave está en los personajes
Para que Primitive War no se convirtiera en una locura sin rumbo, Sparke confió en el material original: la novela de Ethan Pettus publicada en 2017, que ya tenía estatus de culto entre los lectores de ciencia ficción y horror militar. El director no solo adaptó el guion con ayuda del propio autor, sino que lo hizo con un compromiso claro: ser fiel al espíritu del libro.
«Detesto cuando las adaptaciones dicen que se van a tomar licencias y lo cambian todo. Soy fan como cualquiera, y no soporto que mis juegos o series favoritas hagan eso», confesó Sparke. Por eso, su meta fue respetar tanto la trama como el desarrollo de personajes. Porque aunque la premisa de Primitive War parezca sacada de un sueño febril, los soldados que la protagonizan son personas reales, con traumas, vínculos y decisiones difíciles que marcan el ritmo de la historia.
Sparke trabajó para que cada uno de los ocho o nueve personajes clave tuviera su espacio. «Es importante que te importe lo que les pasa, que entiendas por qué están ahí y qué significa para ellos enfrentarse a algo tan inhumano», explicó.
Un hito para el cine australiano
Primitive War también ha hecho historia fuera de la pantalla. Es la primera película australiana que lidera un panel en la San Diego Comic-Con, un evento reservado tradicionalmente a las grandes producciones estadounidenses. El público asistente pudo ver imágenes inéditas, escuchar a parte del elenco y entender cómo este proyecto ha logrado algo tan raro: ser original en una época donde casi todo son franquicias recicladas.
Y no hablamos solo de marketing. Primitive War se estrenará con una distribución amplia en EE.UU. del 21 al 25 de agosto, gracias a Fathom Entertainment. Una oportunidad para que miles de personas vivan esta mezcla explosiva de cine bélico y criaturas prehistóricas en pantalla grande. Las entradas ya están a la venta, y según los primeros reportes, la expectativa es alta. Será interesante comprobar si llega a cines del resto del mundo.
¿Por qué Primitive War puede sorprender?
Porque juega con el contraste. Donde otras películas explotan el humor o el absurdo, esta se lo toma en serio. El enfoque casi documental de algunas escenas, la tensión palpable entre los personajes y la brutalidad de los combates le dan a Primitive War una base sólida para luego llevarnos a lo impensable.
Además, la estética de la película, selvas densas, cielos cubiertos por helicópteros, soldados sudorosos al borde del colapso, recuerda al mejor cine bélico clásico. Pero en lugar de napalm… hay dientes afilados y rugidos que hacen temblar la tierra. El resultado es una experiencia que se siente tanto como Apocalypse Now como Parque Jurásico, y sin copiar a ninguna.
Todo esto suena muy interesante
Primitive War es esa rara combinación de conceptos que no debería funcionar… pero lo hace. Y lo hace con estilo. Su mezcla de guerra, tensión psicológica y criaturas imposibles es exactamente lo que muchos buscaban sin saberlo. Es cine de género con alma, algo que escasea últimamente.
Si te gustan las historias que apuestan fuerte, que no tienen miedo de arriesgar, y que te mantienen pegado a la butaca sin saber si lo siguiente será una explosión o un rugido, esta película es para ti.