El Reino Unido reforzó su presencia militar en el Atlántico Sur con el despliegue de la Compañía I del 2º Batallón del Regimiento de Infantería (2 RIFLES) en las Islas Malvinas. La unidad asumió oficialmente la función de Compañía de Infantería de Relevo (RIC) bajo las Fuerzas Británicas en las Islas del Atlántico Sur (BFSAI), en reemplazo del Tercer Batallón del Regimiento de Paracaidistas (3 PARA), que finalizó un ciclo de operaciones en el archipiélago.
El traspaso marca la continuidad de un esquema de rotación militar (roulement) vigente desde 1982, destinado a mantener la ocupación británica en el archipiélago. Según el comando británico, el 3 PARA completó una misión “altamente exitosa”, que incluyó entrenamientos de combate urbano en Puerto Argentino, ataques a nivel compañía en Pleasant Peak, ejercicios anfibios en Bahía San Carlos y despliegues aéreos con cazas Typhoon y un avión A400M Atlas.
Con el arribo de 2 RIFLES, un cuerpo de infantería ligera con experiencia internacional, Londres busca sostener un alto nivel de preparación y proyectar sus capacidades en el Atlántico Sur. En los próximos meses, el contingente llevará adelante nuevas maniobras para consolidar la disuasión británica frente a potenciales amenazas.
La llegada de 2 RIFLES se enmarca en la Estrategia de Seguridad Nacional 2025 del Reino Unido, publicada en junio bajo el título “Seguridad en un Mundo Peligroso”. El documento identifica las amenazas más graves “desde la Guerra Fría” y refuerza la necesidad de proteger los territorios de ultramar, entre ellos las Islas Malvinas, Gibraltar y bases en el Caribe.
En la práctica, esto se traduce en un incremento del gasto militar, la modernización de infraestructura en Monte Agradable, la renovación de instalaciones portuarias y el despliegue de capacidades de defensa aérea y ciberseguridad. Estas medidas se inscriben dentro de la doctrina “Global Britain”, que busca proyectar poder británico más allá de Europa y consolidar plataformas en áreas críticas como el Atlántico Sur, el Mediterráneo y el Indo-Pacífico.
Argentina bajo la lupa
La militarización británica se complementa con un informe de UK Forces Tracker, portal especializado en operaciones navales, que en julio volvió a clasificar a la Argentina como “actor de interés estratégico” y posible amenaza, en el mismo nivel que Rusia, China o Irán. El reporte destacó la continuidad de la patrulla HMS Forth en aguas de las islas, reforzando la percepción de Londres sobre el valor geopolítico del Atlántico Sur.
Diálogo militar secreto y tensiones políticas
Este despliegue coincide con revelaciones del medio británico The Economist, que aseguró que Argentina y Reino Unido han reanudado un diálogo militar secreto orientado a revisar parcialmente el embargo de armas impuesto desde 1982 y explorar nuevas formas de cooperación. Según la publicación, el acercamiento se inició en 2024 con contactos entre agregados de defensa y se consolidó con visitas bilaterales, compromisos sobre vuelos y cooperación pesquera, y gestiones para flexibilizar el embargo en ciertos rubros.
El gobierno de Javier Milei, alineado con Washington y con la administración Trump, habría facilitado este acercamiento al adoptar un tono más conciliador sobre Malvinas. Argentina, por su parte, aspira a modernizar sus Fuerzas Armadas y elevar el gasto en defensa del 0,5% al 2% del PBI.
Silencio argentino y statu quo británico
A pesar de la consolidación militar británica y de los pronunciamientos internacionales favorables al reclamo argentino en la ONU y la OEA, el actual gobierno argentino ha evitado condenas públicas a los ejercicios británicos. Por el contrario, declaraciones del presidente Milei en favor del “derecho a la autodeterminación” de los kelpers fueron leídas como un quiebre con la histórica política exterior argentina, debilitando la presión diplomática sobre Londres.
Mientras tanto, el Reino Unido profundiza su ocupación en el Atlántico Sur, asegurando control sobre recursos pesqueros e hidrocarburíferos, rutas hacia la Antártida y capacidad de proyección militar. La llegada de 2 RIFLES confirma que Londres no solo mantiene su postura, sino que la fortalece en un escenario geopolítico marcado por la competencia entre potencias y la reconfiguración estratégica.