MADRID (AFP).– El Real Madrid está a un paso de lograr la Supercopa de España, hoy en el partido de vuelta de la eliminatoria (18:00 hora argentina), tras ganar por 3 a 1 como visitante en la ida a un FC Barcelona todavía sacudido por la marcha de Neymar.
La amplia victoria de los blancos en el Camp Nou el domingo convierte prácticamente en un trámite, salvo gran sorpresa, este partido, en el que no estará el suspendido Cristiano Ronaldo.
Ningún equipo en la historia de esta competición ha logrado nunca remontar dos goles y parece difícil que el Barcelona pueda hacerlo ante un sólido Real Madrid, que juega en casa ante su público.
El equipo blanco lleva 67 partidos oficiales consecutivos marcando y parece poco probable que un Barcelona sacudido por la marcha de Neymar e inmerso en la urgencia de fichar, pueda dar la sorpresa en el Santiago Bernabéu.
Cristiano sancionado
Tras ganar la Supercopa de Europa, el Real Madrid parece encaminarse hacia su segundo título de la temporada, con lo que Zidane lograría el séptimo de nueve posibles desde que se hizo cargo del equipo en enero de 2016.
La única cuestión negativa para el equipo merengue será la ausencia de su estrella portuguesa Cristiano Ronaldo, expulsado el domingo por doble amarilla y sancionado con cinco partidos por esta exclusión y un empujón que dio al árbitro tras la misma.
El descontento por esta sanción ha llevado a los simpatizantes blancos, que la consideran una injusticia, especialmente tras un dudoso penal pitado sobre Luis Suárez, que supuso el gol azulgrana en la ida, a convocar una “pañolada” de protesta hoy.
Hay que levantarse
En el lado barcelonista, aunque la misión es complicada, su gran figura Leo Messi ha llamado al rearme y la remontada.
El argentino no tuvo su mejor día en la ida, prácticamente anulado por el férreo marcaje al que lo sometió el croata del Real Madrid, Mateo Kovacic.
La derrota de la ida, unida a la marcha de Neymar por un récord de 222 millones de euros ha sacudido a un Barcelona, cuyos socios empiezan a hacer patente su descontento, especialmente hacia su presidente, Josep Maria Bartomeu, mientras los jugadores también empiezan a pedir soluciones ante la falta de relevos.
Presionado, el Barcelona anunció el lunes la incorporación del brasileño Paulinho, comprado al Guangzhou chino por 40 millones de euros, aunque no parece el mejor para ilusionar a la parroquia azulgrana.
La prensa también sigue especulando con la próxima llegada del brasileño del Liverpool Philippe Coutinho y del francés del Borussia Dortmund, Ousmane Dembelé.
Pero, mientras, el Barcelona tendrá que visitar hoy Madrid con la idea de al menos dar una buena imagen y si es posible, la sorpresa.