No sabías: un simple cambio en el módem puede mejorar tu WiFi en toda la casa

Desactivar protocolos antiguos puede potenciar la señal y evitar cortes en la conexión.

Muchas veces, los problemas de conexión a internet no se deben a la compañía proveedora ni a un exceso de dispositivos conectados, sino a una configuración obsoleta en el módem del hogar. Pocos lo saben, pero un ajuste sencillo -desactivar los protocolos WiFi antiguos- puede hacer que la señal mejore considerablemente en todos los rincones de la casa.

Por qué los protocolos WiFi viejos arruinan la conexión y cómo desactivarlos
La mayoría de los routers vienen configurados por defecto para soportar todos los estándares WiFi, incluyendo los más antiguos como 802.11b y 802.11g. Aunque esto puede parecer útil, en realidad perjudica la red: si algún dispositivo se conecta usando esos protocolos, la velocidad general baja porque el router reduce su rendimiento para adaptarse al más lento.

Por eso, expertos recomiendan ingresar a la configuración del módem -algo que puede hacerse desde cualquier navegador web escribiendo la IP del equipo- y desactivar las opciones más viejas en el apartado de red inalámbrica. Lo ideal es dejar activas solo las versiones más modernas como WiFi 4, 5 o 6. Luego, hay que guardar los cambios y reiniciar el dispositivo.

Por qué recomiendan apagar el WiFi del celular al salir de casa
Además, hay otras prácticas recomendadas para mejorar la conectividad. Una de ellas es apagar el router al menos una vez por semana. Esto ayuda a liberar memoria, cerrar conexiones innecesarias y optimizar el funcionamiento general del equipo. También es fundamental ubicarlo lejos de objetos metálicos o electrodomésticos que puedan interferir con la señal.

Otro consejo útil -que muchas veces se ignora- es desactivar el WiFi del celular al salir de casa. Aunque suene irrelevante, dejar esta función activada expone el dispositivo a posibles riesgos de seguridad. Al buscar redes automáticamente, los celulares pueden conectarse a redes públicas falsas o maliciosas, diseñadas para robar información personal como contraseñas o datos bancarios.

El rastreo constante de redes también puede afectar la privacidad: permite que aplicaciones o servicios detecten patrones de movimiento, ubicaciones frecuentes o incluso comportamientos de consumo. Por eso, al no usarlo, conviene apagar el WiFi del teléfono para evitar riesgos innecesarios y prolongar la batería.

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