Fabripac, al servicio de la industria gastronómica fueguina

Fabripac distribuye materia prima para panaderías y repostería. Con más de 40 años al servicio de la industria gastronómica, es una compañía riograndense, un emprendimiento familiar de capital cien por ciento fueguino. En esta nota conoceremos un poco de su historia.

RIO GRANDE.- Para saber un poco más de esta empresa nacida en nuestra ciudad de Río Grande diario El Sureño dialogó con el responsable y hacedor de  uno de los comercios que han dado vida, como tantos otros,  a esta industria de Tierra del Fuego, Claudio Rumachella y con su hija Ana.

Es una empresa familiar dedicada al servicio de pequeños y grandes comerciantes gastronómicos de nuestra provincia.  La firma es distribuidora de materia prima para panaderías y repostería. Hace más de cuarenta años Claudio llegó a la isla para emplearse en una panadería cuyo dueño era su hermano, allí dieron los primeros pasos. Un emprendimiento familiar. Al tiempo y viendo la carencia de los productos que había para abastecer ese rubro encaran el negocio de venta de insumos.

El reto fue proveer cada día a más clientes desde Río Grande. Tolhuin, y Ushuaia agrandaron la clientela. Al principio entregaba los pedidos a pie. Luego todos los martes Claudio Rumachella viajaba a Ushuaia con un auto cargado de mercadería e iba ofreciendo a los locales lo que había en stock. Los pedidos los enviaba el miércoles con un camión que hacía el flete desde Río Grande.

Con espíritu emprendedor esta familia arraigada en la ciudad,  luego de mucho esfuerzo, compró un terreno en la calle Perón, que al principio era la vivienda familiar, y luego edificó el depósito que es donde arrancó, que en su momento era Distribuidora Territorial.

Después se mudaron a la calle Alberdi, atrás del Don Bosco, donde estuvieron muchos años hasta que construyeron un local nuevo al lado de la casa de avenida Perón.

Ese predio tenía como proyección ser una fábrica de dulce de leche, para el cual se compraron maquinarias y elementos necesarios pero, lamentablemente, tenía muchas restricciones, lo cual se truncó el  proyecto y se optó por poner el local allí.

Con el tiempo armaron el negocio del Parque Industrial, pasando de un local de 200 metros a una nave de 1200 y 1500 metros cuadrados.

Fabripac hoy abastece a Tolhuin y Ushuaia,  y tiene venta directa en las tres ciudades, donde suministra insumos al 70 u 80% de las panaderías.

La empresa posee una planta de alrededor de 20 personas dedicadas a los panaderos, repostería, y ahora con un nuevo emprendimiento en el barrio Austral de esta ciudad. También tiene depósito en Ushuaia.

Fabripac Express

Fabripac Express es otro emprendimiento de la familia Rumachella en la ciudad de Río Grande que vio la luz en pandemia, cuando la gente estaba a full con la repostería en su casa.

Ana Rumachella, aparte de relatar los comienzos de su padre en el rubro, dijo que “Fabripac Express nace primitivamente por una necesidad de organización familiar”.

Fue así que a partir de estar confinados por el Covid surge la idea de un local dedicado pura y exclusivamente a la pastelería, desde la venta de insumos, papelería, cotillón, comestibles, utensilios, equipamiento; allí se puede encontrar todo lo que atañe a la pastelería.

“La mayoría de los clientes son las pasteleras, público en general, gente que en su casa tiene la pasión por cocinar, quienes consumen la variedad de productos  que nosotros abastecemos”. “Contamos con un montón de productos, insumos en comestibles pero también tenemos una amplia variedad de utilería como cortantes, espátulas; entre otros”.

Palabras y visión de Claudio Rumachella

“Tratamos de cumplir con todos nuestros clientes brindándoles un buen servicio, el servicio impone logística, tenemos camiones de reparto aquí en Río Grande, en Ushuaia… gracias a Dios hoy estamos marcando el rumbo con la venta de harina para las panaderías con un camión específico para tal fin. Se va creciendo todos los días, y la gente que está con nosotros es muy comprometida”.

“Los involucrados en el proyecto somos Ana, Gastón, mis hijos y yo. Y lo que quiero es que sigan ellos dos, yo ya me quiero hacer un poco al costado,  después de 40 años con 65 años en el lomo. Los acompaño, por supuesto, pero quiero que ellos tomen la decisión y el rumbo del mercado; son diferentes puntos de vista de una persona que empezó el negocio 40 años atrás y ellos que ven de otra forma, hoy, con la tecnología que hay es muy diferente todo”.

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