Ravena y Vargas, cuatro décadas más tarde

RIO GRANDE.- En la segunda mitad de los años setenta, Juan Rocky Ravena se transformó en el primer boxeador profesional radicado en esta ciudad, tras afincarse aquí luego de llegar desde Chile. En los años ochenta y noventa también hubo algunos pugilistas que pasaron al campo rentado, y los últimos en abandonar el amateurismo fueron Adrián Garzón (en 2004) y Rosa Alvarado (en 2016), la primera fueguina en esa condición.

En la foto superior, al término de la velada de la semana pasada, Ravena aparece al centro, flanqueado por Héctor Rulo Albornoz (quien después de bajarse de los cuadriláteros fue árbitro por varios años en nuestro medio, y ya jubilado se radicó en oro Verde, en su Entre Ríos natal), y José Pailón Vargas (hasta hace poco habitual colaborar en los eventos pugilísticos).

En la foto inferior, Ravena y Vargas ocupan la misma posición, siendo acompañados por Víctor Silva (rival del segundo de ellos), en un festival disputado entre fines de los setenta y principios de los ochenta, en el salón de actos de la Escuela Nº 2 “Doctor Benjamín Zorrilla”.

2017. Héctor Albornoz, Juan Ravena y José Vargas, en el CDM.