Bajo la consigna «Todos contra el abuso infantil», niños y niñas junto a sus padres se manifestaron, mediante una marcha a la plaza Almirante Brown.
RIO GRANDE.- Organizado Fundación Formar, niños y niñas acompañados por sus padres recorrieron las calles céntricas de Río Grande, levantando carteles en su manifestación. Fue el sábado, en el día nacional de lucha contra el abuso infantil.
Caminando, en bicicletas, en rollers o en auto, cientos de personas partieron desde la Plaza de las Américas y concluyeron en la Plaza Almirante Brown, donde además de un fuerte mensaje para prevenir y decir basta al abuso, realizaron talleres de prevención al aire libre.
“Las familias salieron a las calles a decir basta al silencio, ya que el abuso sexual es considerado un delito y si tienen que hablar del abuso infantil con los niños”, dijo el pastor Héctor Pauli de la Iglesia “Hay Vida en Jesús”.
Además señaló que “el abuso sexual infantil no tiene clase social, ni tampoco religión. Queremos decirles a las familias que hablen, que no se callen y que traten en el tema con sus hijos. Hay muchas herramientas, tales como cuentos en donde indican que hay partes del cuerpo que son privadas y otras públicas, y que nadie tiene derecho a pedirle que se las muestre”.
Pauli alentó a la gente a que se acerque a la Iglesia en busca de ayudar aunque dijo que “si nosotros llegamos después del abusador es tarde, por eso tenemos que llegar primero para otorgarles herramientas para que puedan decir que no”.
El pastor además apuntó que “en el último tiempo se han hecho más público los casos, de 100 casos solo 5 se denuncian, yo creo que los casos no se incrementan, sino que se hacen cada vez más públicos. Desde la marcha del año pasado muchas familias y chicos se han animado hablar, ya que estamos generando conciencia para que los papás hablen de abuso”.
Por último remarcó que “entre los primeros síntomas que pueden darse cuenta los padres es cuando comienza a dibujar personas desnudas, momentos de intimidad con otras personas. Ellos deben darse cuenta que sus hijos no pueden dibujar momentos de fantasías, porque no tienen la capacidad a diferencia con los adulto”.
