La Navidad forma parte del calendario global cada diciembre. En ciudades grandes y pueblos chicos, las luces, los árboles decorados y las reuniones familiares marcan una postal repetida año tras año. Sin embargo, esa escena no se replica en todo el planeta. Existen países donde la Navidad no solo carece de reconocimiento oficial, sino que además está prohibida por decisión estatal.
En estos territorios, cualquier manifestación pública asociada a la festividad puede derivar en multas, detenciones o penas de prisión. Las razones varían según el país, pero suelen vincularse a posturas religiosas, ideológicas o a la defensa de una identidad nacional que rechaza influencias externas.
Mientras en gran parte del mundo diciembre se asocia al encuentro y la celebración, en otros lugares transcurre bajo controles estrictos y sin rastros visibles de una de las fechas más difundidas del calendario occidental.
Una festividad bajo sospecha oficial
En los países donde la Navidad está prohibida, las autoridades consideran que se trata de una celebración ajena a la cultura local. En algunos casos, la festividad se interpreta como una expresión religiosa incompatible con la normativa vigente. En otros, se la ve como una influencia extranjera que pone en riesgo la cohesión social.
La prohibición no siempre implica una ley única y explícita. En muchos casos, surge de decretos, normativas religiosas o disposiciones administrativas que limitan cualquier manifestación pública vinculada a la Navidad. Decoraciones, saludos, música y reuniones quedan bajo observación estatal.
Según distintos informes internacionales citados por el sitio especializado Gizmodo, hay al menos cinco países donde la Navidad se encuentra vetada de manera total o casi total.
Corea del Norte
En Corea del Norte, la Navidad desapareció de la vida pública en 2016. El gobierno prohibió reuniones que incluyan música o consumo de alcohol, dos elementos habituales en los festejos navideños. Aunque la Constitución reconoce la libertad religiosa, en la práctica no existen celebraciones cristianas visibles.
Para el régimen de Kim Jong-un, la Navidad simboliza una influencia extranjera contraria a su proyecto ideológico. Un árbol decorado o una canción festiva pueden interpretarse como un gesto político. Durante diciembre, la vigilancia se refuerza y las sanciones van desde detenciones hasta penas de cárcel.
No hay villancicos en las calles ni intercambios de regalos en espacios públicos. Cualquier expresión queda limitada, en el mejor de los casos, al ámbito privado.
En su lugar, sólo se permite la celebración pública del onomástico de la abuela de Kim Jong-un, Kim Jong-suk.
Brunei
Desde 2014, Brunei aplica de forma estricta la ley islámica. A partir de esa normativa, la Navidad quedó prohibida tanto para ciudadanos como para extranjeros. Las autoridades consideran que los festejos navideños interfieren con las prácticas religiosas locales.
La legislación establece multas elevadas y penas de prisión para quienes incumplen la prohibición. No existe distinción entre lo cultural y lo religioso: toda referencia a la Navidad se considera una infracción. Solo se permite celebrar dentro del hogar y con absoluta discreción.
Los espacios públicos no admiten adornos, música ni saludos navideños.
Tayikistán
En Tayikistán, la Navidad desapareció del calendario oficial tras la independencia de la Unión Soviética. Desde 2015, el Estado prohibió cualquier manifestación vinculada a la festividad en escuelas, oficinas públicas y eventos oficiales.
Las autoridades vetaron árboles navideños, disfraces de Papá Noel, fuegos artificiales y entrega de regalos en ámbitos educativos. El discurso oficial sostiene que la Navidad representa una costumbre extranjera sin lugar en la identidad nacional.
Según reportes citados por Gizmodo, exhibir símbolos navideños puede interpretarse como una falta de lealtad al Estado y derivar en sanciones.
Somalia
En Somalia, la prohibición rige desde 2015. El gobierno anunció que no se permiten celebraciones religiosas no islámicas en espacios públicos. Los extranjeros pueden festejar solo dentro de sus viviendas y sin manifestaciones externas.
Música, decoraciones y reuniones visibles quedan prohibidas. Las autoridades argumentan que la Navidad puede generar tensiones culturales y problemas de seguridad en un país atravesado por conflictos internos.
La vigilancia se intensifica durante diciembre y las sanciones varían según la situación.
China
China presenta un escenario distinto. No existe una prohibición nacional uniforme, pero en varias regiones las autoridades sancionan celebraciones navideñas en espacios públicos. El argumento oficial señala que estas prácticas desvían a los jóvenes de las tradiciones nacionales.
En algunas provincias se restringen decoraciones, eventos y música navideña. En grandes ciudades, la celebración persiste de manera limitada y con un perfil más comercial que religioso. En otros puntos del país, la Navidad queda confinada al ámbito privado.
Fuente: Todo Jujuy
