Emprender por necesidad: la realidad de 7 de cada 10 mujeres y su potencial transformador

Aunque la mayoría de los emprendimientos femeninos nacen en contextos de urgencia económica, su aporte es decisivo: sostienen familias, dinamizan la economía y pueden impulsar hasta un 23% el PIB regional si acceden a financiamiento, capacitación y redes de apoyo.

En América Latina las mujeres tienen una enorme fuerza emprendedora. Según el Global Entrepreneurship Monitor, el 33% planea emprender y el 21% ya lo hace. En Argentina, estos negocios son fuente clave de ingresos familiares, aunque la mayoría surge por necesidad, en contextos de desempleo y precariedad.

Un informe reciente de Emprende Pro Mujer– la plataforma de capacitación que acompaña a miles de mujeres en la región-, señala que 7 de cada 10 nacen desde la urgencia económica y, aunque generan ingresos rápidos, carecen de planificación, recursos y estrategias comerciales que les impiden crecer.

El 90% de las mujeres que forman parte de esta plataforma son emprendedoras por necesidad, tendencia también reflejada en el GEM: a nivel global, el 27% de ellas inicia un negocio por necesidad frente al 21,8% de los hombres, cifra que en países de bajos ingresos trepa al 37%. Pasar de la necesidad a la oportunidad es un desafío clave para que estos emprendimientos se conviertan en motores de estabilidad financiera, mejoría en la calidad de vida y desarrollo personal. Para ello son esenciales la formación, el financiamiento y las redes de apoyo, condiciones que también explican por qué, pese a su potencial, las mujeres siguen enfrentando límites en el acceso a posiciones de liderazgo.

En América Latina las mujeres tienen una enorme fuerza emprendedora. Pasar de la necesidad a la oportunidad es un desafío clave para que estos emprendimientos se conviertan en motores de estabilidad financiera.

América del Sur es la región con mayor presencia femenina en cargos directivos (37,2%). En Argentina, ellas encabezan el 40,6% de las MIPyMEs con personería jurídica. Sin embargo, a nivel global, ocupan apenas el 34% de los puestos de liderazgo senior, con un crecimiento mínimo respecto de 2024. Esta brecha responde en gran medida a barreras estructurales como la baja formalización de los negocios, los salarios más bajos y la sobrecarga de tareas de cuidado que limitan sus posibilidades de ascenso profesional.

El informe anual de Grant Thornton, “Mujeres en los negocios”, revela que, sin acción inmediata, la paridad de género en los cargos directivos de empresas del mercado medio no se alcanzará hasta 2051, lo que subraya la urgencia de abordar la desigualdad de género.

La falta de acceso a servicios financieros es una de las principales trabas para consolidar los negocios liderados por mujeres. A nivel global, solo el 47% de las mujeres tiene una cuenta bancaria frente al 55% de los hombres. Esta exclusión limita su autonomía, pese a que las mujeres muestran mayor propensión al ahorro y mejores tasas de repago. El impacto trasciende lo individual: el FMI estima que cerrar la brecha de género en los mercados en desarrollo podría impulsar el PIB hasta un 23%, prueba de que fomentar la inclusión financiera femenina fortalece tanto a las mujeres como al crecimiento económico y a la disminución de la pobreza. Es por ello que estos emprendimientos no deben ser vistos solo como refugio frente a la crisis, sino como un camino hacia el liderazgo económico y social. Más información en el reporte Emprender por Necesidad.

Síntesis para comprender datos basados en el informe.

Fuente:promujer.org.

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