“Tenés sobrados motivos para pedirle un juicio político al Presidente”, manifestó Dachary

El secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales de la Provincia, Andrés Dachary, habló con Mañanas Diferentes, por FM Espectáculo 93.1, sobre las negociaciones que lleva adelante el Gobierno nacional con Estados Unidos y la decisión de suspender la aplicación de la Emergencia en Discapacidad.

Según el funcionario, desde la gestión de Javier Milei “empezaron a jugar con la institucionalidad. Están atentando contra el sistema republicano. Tenés que equivocarte un montón para unificar a la oposición. Si vos no entendés eso, decís ‘no voy a respetar la Constitución’ y hacés acuerdos internacionales sin que pasen por el Congreso, bueno, te tendrás que atender a las consecuencias”.

Y recordó las críticas “cuando el actual embajador fue a defender su postulación, dijo que iba a trabajar para que China no entre en Argentina y las provincias corruptas cambien ciertas cosas. Lo que regula lo que puede o no hacer un diplomático es la Convención de Viena. Dentro tenés un artículo que dice que los diplomáticos no pueden entrometerse en los asuntos internos. Más allá de que te guste o no te guste, es una intromisión total. Quien debería defenderte es tu presidente”.

Cuando vos sos presidente, la gente te elige para que instrumentes lo que crees que es mejor, pero en el fondo hay una expresión que él detesta, que es el bien común. Si vos estás en contra de esto, hagas lo que hagas va a estar mal.

“En función de la debilidad política tremenda del presidente Milei, intenta construir poder de la manera más negativa posible, mostrando orgulloso un tuit impreso. Es una vergüenza”.

A esto se suma que “24 horas antes, en el streaming libertario, festejaban una deuda. Nunca vi una persona que no pueda pagar la tarjeta, saque un crédito y haga una fiesta para festejar que se volvió a endeudar. Es una locura lo que estamos atravesando. No tiene que ver con lo ideológico. Me encanta que las personas pensemos distinto, pero con esta base de razonamiento es imposible”.

“Si vos tenés un presidente que quiere ser el alumno perfecto de los Estados Unidos y que sueña con ser el Estado 51, bueno, vamos a pagar las consecuencias. Vos tenés una figura institucional de separación de poderes y el rol del Congreso, pero con estos antecedentes debemos preocuparnos. Esto, más que nunca, tiene que entrar en el debate político de hoy”, enfatizó.

Dachary aclaró, además, que “muchas veces se habla de esto como una cesión de soberanía. Si vos decidís, no es una cesión. No podemos elegir representantes que traicionen los intereses nacionales de Argentina”.

Consultado por la posibilidad del desarrollo de una Base Naval Conjunta en Ushuaia, con presencia estadounidense, el facultativo rememoró que “este tema surgió con la visita del presidente con la visita de la general Richardson, hace dos años. Distintas fuentes del Gobierno desmintieron. Luego, con las visitas del nuevo comandante del Comando Sur volvió a reflotarse el tema. Ahora en ocasión de esta reunión, otra vez se pone sobre el tapete”.

Y, si bien dijo que “el ministro Petri lo desmintió”, entendió que “evidentemente la intención está. No es común que un mismo tema se plantee tantas veces en agenda. Si ves, hay funcionarios de los Estados Unidos que plantearon que el acompañamiento se basa en una asociación debido a la importancia geopolítica de Argentina. Si traes ese tema, inevitablemente se viene la posibilidad de desarrollos de infraestructura estratégica. Se habla de inversiones, tierras raras y logística antártica, en dos de esos tres temas Tierra del Fuego está involucrada”.

Si vos tenés un presidente que quiere ser el alumno perfecto de los Estados Unidos y que sueña con ser el Estado 51, bueno, vamos a pagar las consecuencias.

No obstante, reconoció que “todavía no hay ni una nota del presidente. De cierta manera, lo que debería ser un reaseguro para todos los fueguinos es que, en caso de que existiese una iniciativa, tendría que pasar por el Congreso de la Nación. Con acento en el ‘debería’ ¿por qué? Porque los acuerdos internacionales más importantes de Argentina, que son los acuerdos de Madrid 1 y 2, absolutamente nefastos para nosotros, no pasaron por el Congreso. En 34 o 35 años, a nadie le importó normalizar esa situación. Eso llevó a que pasemos de tener un conflicto por 22 mil kilómetros cuadrados y hoy lo tengamos por 1 millón 700 mil”.

“Más allá del impacto específico respecto de Tierra del Fuego, todos los gobernadores, senadores y diputados deberían marcar su postura. Perdón por llevarlo a una clave política, pero principalmente ahora que estamos a un mes de votar representantes, para saber qué abordaje le van a dar”.

Dachary analizó el panorama político y comentó: “Ayer leía unos artículos interesantes sobre que esta escalada del dólar y la crisis de la semana pasada tenían que ver con las elecciones de la provincia de Buenos Aires. Ahora bajan los números, la cotización y el Riesgo País por el apoyo de los Estados Unidos. Se baja la otra premisa y te muestra que el problema que tenías era de sostenibilidad política. A esa sostenibilidad no te la da un presidente de un tercer país, mucho menos Trump, que nunca regala nada”.

El secretario de Asuntos Internacionales cuestionó el fin del acuerdo con Estados Unidos y dijo: “¿Cuál es el éxito de esto?, ¿estirar una gestión con una nueva deuda dando el monopolio en recursos estratégicos a empresas americanas?, ¿van a anular la posibilidad de que resolvamos infraestructura estratégica por la necesidad de apuntalar un desastre de programa económico como el que tenemos? Son temas complejos, que mezclan lo provincial, lo nacional y lo global. Yo sé que las preocupaciones pasan por el Estado de la sociedad y la crisis económica, pero no perdamos de eje la política exterior”.

Consultado por los pasos a seguir, Dachary aclaró que “desde el Estado estás obligado a accionar o reaccionar sobre la confirmación de la información. El primer paso sería ver las comunicaciones oficiales del Gobierno. La mirada no será política, sino de defensa de los intereses nacionales y los de la provincia de Tierra del Fuego. No habrá otro camino que estar a 180° grados de este razonamiento. Se está traicionando por un mero capricho del presidente para apuntalarse en el poder y no aceptar que el camino que eligió ha sido una cosa descabellada”.

Aunque previó que “el problema es que si no vas a respetar la institucionalidad, con la discapacidad y el incumplimiento de una insistencia que fue lapidaria, vamos a estar hablando de otra cosa. Cada vez estás más cerca de algo que se venía hablando en el Congreso, que es la posibilidad de un juicio político”.

“No hay más caminos. Cada uno es dueño de sus decisiones. Si tenés un presidente que decidió alejarse del Estado de Derecho, se tendrá que hacer cargo de sus decisiones. Es gravísimo lo que estoy diciendo ¿Qué hacés cuando un presidente dice ‘no me interesa que se haya insistido la Ley’? Es una cuestión netamente de capricho lo que hace con la educación pública, con la discapacidad y los jubilados”, sentenció.

“Cuando vos sos presidente, la gente te elige para que instrumentes lo que crees que es mejor, pero en el fondo hay una expresión que él detesta, que es el bien común. Si vos estás en contra de esto, hagas lo que hagas va a estar mal”.

Al mismo tiempo, recordó que “hace un año y pico hizo una declaración que se tomó como ‘bueno, pobre’. Vos no tenés que ser un politólogo para saber que el Estado tiene tres dimensiones: El Gobierno, la población y el territorio. Eliminó oficinas claves y está destruyendo los sistemas para tener una Argentina en la que la justicia social pueda asegurarse. En todo lo que tiene que ver con Malvinas, la política de territorio queda clara”.

Y enfatizó: “Tenés un presidente que prometió destruir el Gobierno, la población y el territorio, y muchos se rieron diciendo que es locuaz ¿Qué hacés con un presidente de la Nación que promete destruir esto?”.

Para cerrar, habló sobre la insistencia de la gestión de Javier Milei en mantener el rumbo, aún frente a las críticas de múltiples espacios políticos sin coincidencias ideológicas entre sí: “Si mal no recuerdo, habían pasado 30 años de la última vez que se insistió en una Ley. El veto presidencial tiene fuerza. Tanta, que se exige que la ratificación tenga 2 tercios. Es prácticamente imposible construir esto con tal pluralidad de miradas”.

“Se consiguió y con una mayoría superadora a esto. La respuesta es ‘no lo cumplo igual’, como un adolescente rebelde que elige lo que respeta y lo que no. La responsabilidad pura y exclusiva es del presidente de la Nación”, concluyó.

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