El Gobierno advirtió ayer que no homologará paritarias por encima de la inflación, tal y como reclama la CGT ante el incremento en el índice de marzo, pero de todos modos se muestra con intenciones de retomar el diálogo con la central obrera.
BUENOS AIRES (NA).- La Casa Rosada reafirmó su postura en las vísperas de una nueva movilización convocada por la CGT para el 30 de abril, en una jornada en la que los sindicalistas también se reunirán con los gobernadores del peronismo.
El cosecretario general de la CGT Octavio Argüello exigió ayer la reapertura de paritarias luego de la aceleración de marzo.
«La inflación se ha ido a 3,7%, y el Gobierno sigue insistiendo en firmas paritarias por bajo del 1%. Vamos a pedir revisión de paritarias porque no se sostiene la situación», argumentó el gremialista en diálogo con Radio Rivadavia.
Al tanto de ese reclamo, una importante fuente de Casa Rosada desechó la posibilidad de hacer concesiones, aunque admitió que formará parte del extenso temario que se busca tratar con la central obrera.
«Tienen derecho a hacer todos los reclamos que quieran, pero la realidad es que formales e informales vienen acumulando una ganancia de 10 puntos en los últimos meses», sintetizó el funcionario ante la Agencia Noticias Argentinas.
«Hay un montón de temas que discutir con los gremios», plantearon.
Fuera de casa
La idea es sentarse a conversar con «Los Gordos» fuera de Casa Rosada para empezar a darle forma a una serie de promesas de la administración libertaria que incluyen avanzar con la reforma laboral, discutir los aportes solidarios a los gremios y las negociaciones paritarias.
La intención de «tender puentes» de la gestión Milei podría verse afectada por la necesidad del Gobierno de aplicar modificaciones en la caja sindical y los aportes de los asalariados no afiliados.
Al respecto, ejemplifican que el secretario general de Empleados de Comercio, Armando Cavalieri, «se lleva 800 millones de dólares por año por aportes solidarios. Es un unicornio. Ni Globant gana esa cifra demencial», cuestionaron.
Con especial interés en hacer pasar la reforma laboral, en la administración libertaria garantizan que el texto está escrito pero advierten que resta pulir detalles para hacerla circular con los principales actores involucrados.
Los interlocutores formales del Ejecutivo con el mundo sindical son el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el secretario de Trabajo, Julio Cordero, encargado de establecer el techo paritario en sintonía con el Ministerio de Economía.