El primer líder de la Iglesia católica en una sesión bicameral del Congreso de Estados Unidos en Washington, Francisco pronunció un discurso de fuerte tono político ante más de 500 diputados y senadores, magistrados de la Corte Suprema y miembros del Ejecutivo.
NUEVA YORK (AFP-NA).- El papa Francisco llegó el jueves por la tarde a Nueva York para 36 horas de frenética actividad tras su histórico discurso ante el Congreso estadounidense en Washington, donde exhortó a hacer más por los migrantes que sufren, combatir el cambio climático y abolir la pena de muerte en el mundo.
Sonriente, el sumo pontífice de 78 años fue recibido por el obispo de Brooklyn (sudeste de Nueva York), Nicholas DiMarzio, y ovacionado por decenas de personas en el aeropuerto JFK, antes de subir a un helicóptero que lo trasladó a Manhattan para su primera actividad en la Catedral San Patricio en la Quinta Avenida.
Es la segunda etapa de esta gira estadounidense cargada de política y emoción del Papa, que concluirá el fin de semana en Filadelfia.
Como ha ocurrido desde su llegada a Estados Unidos el miércoles, miles de personas aguardaban para saludar a Francisco en su papamóvil en la Quinta Avenida, vallada y bajo un rígido dispositivo de seguridad de la policía.
“Estoy muy feliz, es importante. Es nuestro Papa”, dijo a la AFP Dolores Prebo, una madre ecuatoriana que vive en Queens (noreste) y arribó en la madrugada del jueves cerca de la Catedral San Patricio con su hijo de un año y medio.
Francisco hablará el viernes ante la Asamblea General de la ONU, ofrecerá un servicio interreligioso en el Museo del 11 de Septiembre, visitará una escuela católica en Harlem, encabezará una procesión en Central Park y cerrará su visita con una misa en el Madison Square Garden.
Emoción en el Congreso
Primer líder de la Iglesia católica en una sesión bicameral del Congreso de Estados Unidos en Washington, Francisco pronunció un discurso de fuerte tono político ante más de 500 diputados y senadores, magistrados de la Corte Suprema y miembros del Ejecutivo, entre ellos el vicepresidente Joe Biden.
Ante “una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la II Guerra Mundial” y el drama de los latinoamericanos que “se ven obligados a viajar hacia el norte”, este Papa “hijo de inmigrantes” pidió una respuesta “justa y fraterna” de los gobernantes.
“No debemos dejarnos intimidar por los números, más bien mirar a las personas, sus rostros, escuchar sus historias mientras luchamos por asegurarles nuestra mejor respuesta a su situación.
Una respuesta que siempre será humana, justa y fraterna”, añadió en su discurso de menos de una hora y en un inglés con fuerte acento.
Al tiempo que Estados Unidos debate la suerte de los millones de indocumentados provenientes de México y América Central, el primer papa proveniente del continente americano lanzó: “cuidémonos de una tentación contemporánea: descartar todo lo que moleste”.
Y frente a una mayoría de legisladores favorables a la pena capital, en un país que practica varias ejecuciones al año, el jesuita argentino exigió “la abolición mundial de la pena de muerte”.