Se duplicó la obesidad infantil en Tierra del Fuego y quieren declarar la emergencia

Según datos oficiales, cuatro de cada diez chicos tiene kilos de más. Dicen que por el clima es difícil comer sano y hacer actividad física. Los últimos datos nacionales publicados en la encuesta PROSANE (Programa de Salud Escolar) de 2017 encendieron las alarmas: si bien el índice global de obesidad y sobrepeso bajó a 42%, de ese total 38% corresponde a niños obesos.

RÍO GRANDE.- En Tierra del Fuego las estadísticas de obesidad infantil superan el promedio nacional. Entre 2014 y 2017 el índice provincial pasó de 22% a 38%, según datos oficiales, es decir que casi 4 de cada 10 menores padece este problema. El contexto complica todo: con temperaturas bajo cero, hielo, nieve y el sol que apenas asoma en invierno, mantener hábitos saludables en la isla puede ser un verdadero desafío.

Los últimos datos nacionales publicados en la encuesta PROSANE (Programa de Salud Escolar) de 2017 encendieron las alarmas: si bien el índice global de obesidad y sobrepeso bajó a 42%, de ese total 38% corresponde a niños obesos. Por eso, desde la gobernación trabajan a fin de declarar la emergencia para controlar la obesidad infantil. “El sobrepeso es controlable con simples medidas. La obesidad es un problema a tratar con acciones específicas. Un chico obeso tiene un 70% más de probabilidades de ser diabético en el futuro. Tenemos 25.000 chicos en riesgo”, dijo a Clarín la doctora Marcela Segovia, a cargo del programa de Promoción y Cobertura Universal de Salud del Ministerio de Salud.

La decisión se tomó observando no sólo los índices de obesidad y sobrepeso. A esos datos se le suma que el 67% de los niños no realiza la actividad física recomendada y el 91% y el 78% no consume la cantidad de frutas y verduras recomendadas, respectivamente.

“La provincia por sus características climáticas y también una situación costumbrista tiene un entorno obesogénico importante: no promueve la actividad física y tiende a menúes hipercalóricos”, añadió Segovia.

Entre las medidas que impulsarán está la obligatoriedad de que en las escuelas haya por lo menos una hora diaria de educación física. Hoy sólo tienen dos horas semanales. Además, deberá haber pausas o recreos activos, con juegos interactivos. “El rol de la escuela es clave, porque después el chico llega a su casa y por lo general no hay actividad al aire libre. Por eso creemos que la escuela sería una gran solución”, explica la funcionaria.

“Estamos en una isla, que tiene un clima muy frío y poca variabilidad térmica. El lugar se presta al sedentarismo, pero trabajamos para cambiar hábitos”, dice el ministro de Salud provincial, Guillermo Ruckauf.

Tanto el sector público como el privado organizan jornadas saludables para incentivar sobre buenos hábitos alimenticios y actividad física. “El problema de los hábitos vemos que es familiar, no únicamente del niño. Los malos hábitos se van transmitiendo”, señala el doctor Cristian Oberti, jefe del departamento médico de Newsan, empresa que semanas atrás organizó allí una Jornada Saludable abierta a la comunidad.

No es menor el tema de la población migrante que llega a la provincia por trabajo y cómo se adapta a las condiciones climáticas de Tierra del Fuego. Oberti lo cuenta en primera persona: “Llegué a Ushuaia en 2015 y aumenté 14 kilos. Me pasó que llegué en mayo, arrancando el invierno, y el tema de salir a las 17:00 y que ya sea de noche es una de las cosas que más me costó. También impacta la falta de vínculos, que lleva a mayor ansiedad y uno termina cocinando, picando algo”.