La primera persona en jurar la Constitución fue la propia presidente de la Asamblea, la recordada Doña Elena Rubio de Mingorance. Luego de ella juraron todos los convencionales por orden alfabético.
La ceremonia duró poco más de 35 minutos, la emoción envolvía a cada convencional que prestaba su juramento. Finalizado el acto todos se confundieron en interminables abrazos y saludos. En ese instante no existían diferencias políticas.
Luego de jurar la Constitución todos los convencionales, y en un acto que no estaba dentro de lo previsto, una voz se levantó desde la tribuna y solicitó: “El pueblo quiere jurar la Constitución”.
A este pedido le siguió una reacción espontánea de la presidenta de la asamblea, quien no titubeó un solo instante y embargada de emoción se puso de pie, con la voz cortante, levantando con la mano derecha la Constitución expresó la frase de rigor del juramento. Un impresionante “Sí juro” bajó de las gradas del Centro Deportivo, convirtiéndose esta acción en el instante más emotivo de toda la ceremonia. Este hecho le valió luego el reconocimiento de todas las autoridades políticas presentes.