Europa es conocida por ser de los continentes que más se preocupan por la preservación del medio ambiente y por hacer del ecoturismo una forma de interactuar con la naturaleza y conseguir que los visitantes se concienticen y adquieran respeto por los entornos naturales que prevalecen en la región. Algunos ejemplos son:
Amsterdam
La capital holandesa ha creado incentivos a los hoteleros para que abran nuevos establecimientos alejados del centro, abaratando el precio del transporte urbano.
Copenhague
Se han habilitado zonas tranquilas en áreas residenciales donde turistas y turoperadores deben limitar actividades y ruidos.
Cinque Terre, Italia
Un sistema de tickets en sus senderos autoriza sólo a un número limitado de visitantes al día.
Eslovenia
Ha sido galardonada por National Geographic y la feria ITB por consolidarse como uno de los destinos más sostenibles del mundo, con casi el 60% de su territorio protegido.
Isla de Juist, Alemania
Este enclave quiere convertirse en un destino de efecto neutral para el clima hacia el año 2030. Para ello, además de ser famosa por no disponer de vehículos de motor -salvo bomberos y servicios de primeros auxilios, ya que todo el mundo se traslada a caballo-, muchos de sus restaurantes y hoteles ofrecen los jueves platos sin carne, con lo que han conseguido hacer disminuir las emisiones de CO2.
Gijón
Fue la segunda ciudad del mundo en conseguir el sello Biosphere, después de Barcelona, concedido por el Instituto de Turismo Responsable, vinculado a la UNESCO, que avala el trabajo realizado en materia de sostenibilidad turística en el conjunto del destino.
Lanzarote y Menorca
Ambas islas, Reserva de la Biosfera, disponen de centros de datos que emiten informes constantes sobre la afluencia de turistas, además de disponer de varios estudios de capacidad de carga. Fuente: Hosteltur.