Julián Novais y Mateo Lobato arribaron el viernes a Río Grande tras cumplir 362 días de viaje para unir Ushuaia con Alaska. La travesía se completará en en el Parque Nacional. Serán los primeros fueguinos en lograr unir los dos extremos del continente americano. Emotivo reencuentro con familiares y amigos.
RIO GRANDE.- En la tarde del viernes último, la ciudad recibió a dos viajeros fueguinos que hace casi un año fueron en motocicleta hasta Alaska y volvieron tras recorrer más de 70 mil kilómetros llevando la causa de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas.
Se trata de Julián Novais, hijo de un veterano de guerra en el conflicto por las islas, de nuestra ciudad y de Mateo Lovato, de Ushuaia. Ambos partieron el 2 de abril del año pasado hacia América del Norte desde la capital provincial y luego de cruzar todo el continente y llegar hasta Alaska, retornaron para arribar a Río Grande y seguir viaje hasta Ushuaia, donde culminan la travesía.
Un nutrido grupo de motoqueros fueguinos los aguardaron a la altura del Cabo Domingo junto a una unidad de Defensa Civil Municipal y la secretaria de Modernización e Innovación del Municipio, Laura Rojo quien, en nombre del intendente Gustavo Melella, les dio la bienvenida y les obsequió la remera de la última Maratón “Yo corro por Malvinas”.
“Fue muy emocionante recibirlos”, dijo la funcionaria y agregó que “la verdad es que este viaje en moto que los chicos han realizado llevando nuestra causa de soberanía sobre las Islas Malvinas merece el mejor recibimiento y todo el reconocimiento de la comunidad riograndense”.
Al caer la tarde sobre la costanera llegó la caravana que acompañaba a los dos motociclistas. Allí, junto al monumento que recuerda a los Héroes de Malvinas, familiares, amigos, miembros del Centro de Veteranos de Guerra y muchos vecinos que se acercaron coronaron con un cerrado aplauso la esperada llegada de los viajeros, quienes seguirán camino hacia Ushuaia para concluir así esta travesía americana por la soberanía sobre nuestras Islas Malvinas.
Visiblemente emocionados; Julián le dedicó el viaje a su padre excombatiente “que desde el cielo me está mirando”, y Mateo, se mostraron muy agradecidos por el cálido recibimiento y las expresiones de efecto que todos los presentes les tributaron.
Sobre un escenario improvisado, ambos agradecieron la bienvenida y agradecieron a familiares y amigos por el apoyo que recibieron.
“Tenemos toda la vida para contar esta experiencia hermosa”, dijo Mateo, y agradeció a su compañero por haberlo animado a cumplir este viaje.
Hasta ayer, montados en “Pandereta” (Kawasaki KLR conducida por Mateo) y “La Negra” (Honda Transalp conducida por Julián) acumulaban 76.103 kilómetros recorridos, en apenas 351 días.
“Quiero agradecer a la familia, a los amigos, sin ellos no podríamos haber hecho esto, y también especialmente a mi papá que me cuida desde arriba”, dijo Julián, el más emocionado de los dos. Y recordó que su padre fue veterano, por lo que la bandera que partió desde Ushuaia y llegó a Alaska será entregada al Centro de excombatientes de Río Grande “una vez que tengamos la foto que nos falta, en el Parque Nacional”.
