La Hora de la Lactancia: una hora para visibilizar lo invisible

Este miércoles 6 de agosto, de 12:00 a 13:00, una acción colectiva invita a frenar y mostrar las condiciones reales para amamantar en Argentina. La campaña toma inspiración de acciones globales como La Hora del Planeta.

BUENOS AIRES.- Así como se detiene el mundo durante una hora para mirar un partido clave, este miércoles se juega otro partido fundamental, aunque menos visible: El de las condiciones para amamantar.

En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia, se lanza #LaHoraDeLaLactancia, una acción colectiva que invita a dedicar una hora para hablar, mostrar y reflexionar sobre las dificultades que enfrentan las personas que amamantan en Argentina.

La propuesta es simple, pero poderosa: entre las 12:00 y las 13:00 del miércoles 6 de agosto, quienes estén -o hayan estado- en período de lactancia podrán compartir en redes sociales su experiencia, sus estrategias, sus obstáculos o lo que deseen visibilizar.

La invitación también se extiende a toda la sociedad: porque la lactancia no es solo una decisión de una madre, sino un compromiso que requiere apoyo de padres, familiares, empleadores y del Estado.

La campaña toma inspiración de acciones globales como La Hora del Planeta, que invita a apagar las luces para generar conciencia sobre el cambio climático. En este caso, el objetivo es “encender la conversación” sobre la lactancia y visibilizar lo que suele quedar oculto: la falta de licencias adecuadas, de espacios apropiados, de redes de apoyo, de políticas públicas sostenidas que se hacen cumplir y de un entorno social empático.

“La lactancia no debería ser un acto solitario, ni clandestino, ni condicionado. Pero en ocasiones lo es. Muchas personas tienen que esconderse, improvisar un rincón para dar la teta o volver al trabajo a los pocos días de parir y extraerse leche en un baño. Y eso no se ve. Esta campaña nace para mostrarlo, para que colectivamente empecemos a hacer algo al respecto”, señaló la puericultora Paola de los Santos, autora de los libros ‘Yo doy la teta’ y ‘Destete’.

Según la Ley de Contrato de Trabajo, en Argentina la licencia por maternidad es de solo tres meses, distribuidos -a priori- en 45 días antes de dar a luz y 45 días luego, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda 6 meses de lactancia exclusiva, algo -en esas circunstancias- difícil de sostener.

La licencia por paternidad es aún más limitada: apenas dos días corridos, siendo la más corta de Sudamérica. Por otro lado, según los últimos datos disponibles, solo el 8% de las empresas cuenta con un espacio adecuado (lactario) para la extracción y conservación de leche, y apenas el 28,4% ofrece licencias adicionales como beneficio. En paralelo, la mitad de las mujeres trabaja en la informalidad, donde estos derechos o condiciones no existen.

A esto se suma la presión de un entorno que muchas veces no comprende ni acompaña. El 28% de las personas que dejaron de amamantar antes de tiempo lo hicieron por razones laborales; y 1 de cada 5 mujeres sintió que su trabajo estaba en riesgo si continuaba amamantando o extrayéndose leche en horario laboral.

“No es la leche lo que falta. Lo que falta es tiempo, contención, infraestructura. Falta que se hagan cumplir políticas públicas y privadas que reconozcan el valor de la lactancia y el derecho a ejercerla sin poner en juego el trabajo, la salud ni el bienestar”, subrayó De los Santos.

La campaña busca transformar un gesto simbólico en una conversación masiva que año a año gane fuerza como catalizador de acciones concretas. Lejos de centrarse solo en los beneficios de la lactancia, pone el foco en sus condiciones materiales y emocionales: lo que se necesita para sostenerla y lo que falta para que no sea una carga individual, sino una responsabilidad compartida.

‘Una hora para que se vea todo lo que no se ve’ es el manifiesto que acompaña esta iniciativa. Una hora para abrir la conversación sobre un tema que no debería limitarse al mundo íntimo de las madres, sino involucrar a toda la sociedad. Porque la lactancia es también un asunto laboral, político, económico y cultural. Y porque, como en el fútbol, no alcanza con mirar desde afuera: hace falta compromiso colectivo.

Este miércoles, entonces, no se trata solo de dar la teta. Se trata de mostrar, de acompañar, de hacerse cargo de una realidad que nos interpela a todos y todas. Se trata, en definitiva, de sumarse a una causa que busca cambiar muchas otras.

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