Entre acantilados verdes y arenas doradas, Praia do Rosa se consolida como un destino ideal para quienes buscan escapar del turismo masivo y conectar con la naturaleza. Esta bahía ubicada en Santa Catarina, al sur de Brasil, ofrece una combinación de tranquilidad, aventura y vida silvestre, lo que la convierte en un imán para turistas argentinos durante el invierno.
Su identidad bohemia, acompañada de una oferta gastronómica de calidad y alojamientos rústicos, pero confortables, atrae tanto a familias como a surfistas y viajeros en busca de experiencias auténticas. El entorno natural, dominado por senderos, lagunas y playas vírgenes, está protegido por iniciativas de ecoturismo y educación ambiental.
Uno de los mayores atractivos de esta temporada es la posibilidad de avistar ballenas francas australes desde la costa. Estos gigantes marinos llegan entre julio y octubre, brindando un espectáculo único en uno de los pocos lugares del mundo donde pueden verse desde la playa sin necesidad de embarcaciones.
Una travesía hacia la biodiversidad
Praia do Rosa se encuentra en el municipio de Imbituba, a 90 kilómetros de Florianópolis y a menos de 400 de Porto Alegre. Su ubicación en una zona de transición ecológica le otorga una biodiversidad excepcional, producto del encuentro entre lagunas, mar, bosques y áreas rocosas.
Para llegar, la opción más recomendada es volar hasta el aeropuerto de Florianópolis y alquilar un vehículo, lo que permite explorar los alrededores con libertad. También se puede acceder por ruta, tomando la autopista BR-101 y luego caminos secundarios que conducen a la costa, algunos de ellos con tramos de ripio.
Aunque existe transporte público desde Garopaba e Imbituba, la frecuencia es limitada, por lo que muchos turistas optan por traslados privados. Esto favorece un flujo de visitantes más controlado, que contribuye al cuidado del entorno sin saturar los recursos locales.
Ballenas, senderos y gastronomía de mar
Durante el invierno, este refugio natural se transforma en un escenario perfecto para disfrutar del contacto con la naturaleza. Las caminatas hasta playas solitarias como Praia Vermelha o los piletones entre rocas permiten una desconexión profunda del ritmo urbano. Los más activos pueden practicar surf, kitesurf o kayak en la laguna de Ibiraquera.
La observación de ballenas es la gran joya de esta época. Los visitantes pueden combinar esta experiencia con charlas y actividades organizadas por entidades conservacionistas, que promueven el respeto por la fauna marina. Así, el avistamiento se convierte también en una oportunidad de aprendizaje.
Por las tardes, el pueblo se llena de aromas a mar y especias. Los restaurantes ofrecen platos que integran ingredientes locales con recetas de tradición europea y brasileña. Entre la naturaleza, la gastronomía y el compromiso ambiental, Praia do Rosa se posiciona como un destino invernal sustentable, ideal para reconectar con el planeta.

Praia do Rosa, un refugio natural único
Praia do Rosa se ubica en una zona de transición ecológica entre el bosque atlántico y el ecosistema marino, lo que le otorga una biodiversidad excepcional. La playa está rodeada de cerros verdes, lagunas costeras y áreas rocosas, creando hábitats diversos que favorecen tanto la flora como la fauna autóctona. Esta riqueza natural es uno de los mayores atractivos del lugar y motor de su perfil ecoturístico.
La bahía de Rosa es también un sitio de reproducción para la ballena franca austral, especie en peligro que elige estas aguas templadas durante el invierno. Desde la costa se pueden observar sus saltos y movimientos, sin interferir en su comportamiento natural. Esta convivencia armónica entre visitantes y vida silvestre es posible gracias a políticas de conservación sostenidas por organizaciones locales.

Además de sus playas vírgenes y piletones naturales, Praia do Rosa cuenta con senderos señalizados que permiten explorar sin afectar el entorno. La comunidad ha desarrollado una conciencia ambiental fuerte, fomentando prácticas sostenibles en gastronomía, alojamiento y actividades recreativas. Todo esto hace de Rosa un ejemplo de turismo responsable en equilibrio con su entorno.
FUENTE: https://noticiasambientales.com