Federer ganó una final memorable y logró su 18º Grand Slam

MELBOURNE (AFP).– El suizo Roger Federer (N.17) ganó el Abierto de Australia al derrotar al español Rafael Nadal (N.9), ayer en Melbourne en una memorable final a cinco sets por 6-4, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3, ampliando a 18 su récord de trofeos del Grand Slam.

En 3 horas y 38 minutos Federer batió a su histórico rival. El suizo jugó en Australia su primer torneo oficial después de no haber competido en la segunda mitad de 2016 para recuperarse de una lesión de rodilla.


Compartiría el empate

“En el tenis no hay empates, pero si los hubiera aceptaría orgulloso compartirlo contigo esta noche Rafa”, dijo el ganador al recibir el trofeo.

Federer, de 35 años, amplía su récord de grandes a 18, cuatro más que el estadounidense Pete Sampras y que Nadal, de 30.

El suizo, que ganó su primer grande hace 14 años en Wimbledon, se convirtió en el segundo jugador de más edad en lograr un Grand Slam en la era profesional, tras el australiano Ken Rosewall en los años 70.

Entre sus logros de ayer, se convirtió en el primer campeón de Grand Slam en 35 años capaz de eliminar a cuatro Top 10 en el camino (Tomas Berdych, Kei Nishikori, Stan Wawrinka y Rafael Nadal).

Fue el 35º enfrentamiento entre ambos jugadores. A pesar de perder Nadal sigue dominando con 23 victorias y 12 derrotas, 6-3 en las finales de los grandes.
Cinco juegos consecutivos

La final deseada por todos los aficionados, el mayor clásico de la historia del tenis, cuyo último capítulo en la final de un grande fue Roland Garros 2011 con triunfo de Nadal, no defraudó a nadie.

Brillante al saque (20 directos por 4 de Nadal), Federer también dominó en los golpes ganadores (73 frente a 35) ante un Nadal que pudo pagar el tremendo esfuerzo hecho en semifinales el viernes para eliminar al búlgaro Grigor Dimitrov en casi cinco horas de juego.

El suizo, que había tenido un día más de descanso -ganó el jueves a su compatriota Stan Wawrinka-, tuvo una noche inspirada con su espectacular derecha y su magistral revés a una mano, aunque cometió un elevado número de errores directos debido a su juego de ataque (57 contra 28 de Nadal).

En un quinto set para el recuerdo Nadal golpeó primero con una rotura, para situarse 2-0 y luego 3-1. A continuación tomó la iniciativa Federer, muy sólido en defensa en este tramo, para ganar los últimos cinco juegos del partido y romper en llanto justo después de que el Ojo de Halcón confirmara que su última bola era buena.

El suizo Federer volvió a definir un Grand Slam y se quedó con la gloria en el Abierto de Australia.