“En Fundación Belén compartimos lo que tenemos”

Desde hace tres años, la ONG acompaña a los vecinos de las Chacras de la Margen Sur brindando contención, atención médica y alimentos sin esperar nada a cambio. Un ejemplo de solidaridad y amor.

RÍO GRANDE.- En KAU 1130 del barrio Los Productores de Chacras de la Margen Sur, se realizan un sinfín de actividades gratuitas, destinadas a niños, jóvenes y adultos. Clases de música, apoyo escolar, cortes de cabello, escuela de rugby, comedor y atención pediátrica gratuita entre tantas otras. Allí, todo lo que hay, se comparte porque si bien las necesidades son muchas, también es mucha la generosidad de las personas que se acercan a colaborar.

La Fundación Belén nació hace tres años, cuando un grupo de personas bien intencionadas, comprendió que para poder ayudar, era necesario organizarse. El pastor Lucas Gómez, quien es la cabeza visible de esta cruzada, es además, profesor de música y agente sanitario. Es el encargado del taller de clases de guitarra al que asisten un importante número de alumnos de todas las edades. En diálogo con El Sureño explicó: “Cuando empezamos, teníamos un pequeño salón que fue creciendo a medida que crecían la cantidad de actividades y la gente que se acercaba buscando ayuda. Nos va empujando la gente, porque por ejemplo, a nosotros nunca se nos había ocurrido cortar el pelo hasta que alguien se ofreció a hacerlo. Cuando el que empezó no pudo venir más, otras personas se ofrecieron para seguir haciéndolo y así, cada vez hay más voluntarios dispuestos a colaborar”.

La Fundación Belén trabaja articuladamente con el Patronato de Justicia y también con el municipio a través del programa de subsidios a emprendedores. Las personas favorecidas con el subsidio van a la fundación a dar en forma retributiva horas de lo que se desempeñen. Con el municipio trabajan desde salud con menores en alteración alimenticia y Anses también suele acercar sus servicios a la Fundación cuando tienen personal disponible para la tramitación de documentación.

Cada día de la semana realizan una actividad diferente. Por ejemplo, todos los lunes, desde hace un año, la Dra. Adriana Zoffoli con la ayuda de la enfermera Nora Pitillo -también voluntaria- brinda atención pediátrica a los niños de ese sector de la ciudad. Cada lunes, alrededor de 20 niños son atendidos y controlados por la especialista, que entrega una tarde de cada semana, para ayudar a quienes más lo necesitan en forma gratuita.

En diálogo con El Sureño, la Dra. Zoffoli expresó: “Soy muy feliz ayudando. Un día sentí que quería hacerlo y pensé, por qué no dar parte de mi tiempo?. Me pareció que este lugar es el más indicado y no me equivoqué porque aquí hay familias que no tienen dinero para llegar a los centros de salud y necesitan que nosotros nos acerquemos a ellos”.

Dentro de la fundación, la pediatra tiene su consultorio a donde acuden las familias para atender a sus niños. “En la consulta veo mucha gente joven que se quedó sin trabajo, con hijos chiquitos, sin obra social y que no pueden tomar un colectivo porque es muy caro. Lamentablemente, muchos de esos niños no tienen completo su plan de vacunación y sus padres no pueden acercarse a los centros de salud para completar sus vacunas y recibir su leche. Hemos pedido al Ministerio que acerquen el plan materno infantil a la Fundación Belén, pero hasta el momento no hemos recibido respuesta. De esa forma, todos tendrían su leche y sus vacunas”.

Cada vez más voluntarios

Las clases de apoyo escolar, comenzaron a brindarse dentro de un programa de extensión universitaria de la UNTDF y hoy continúan a cargo de alumnos de la Universidad Siglo XXI y voluntarios que se suman a colaborar. “Es muy emocionante porque los alumnos vienen a realizar un trabajo de campo que les exige su carrera, pero una vez que terminan, deciden seguir viniendo porque se sienten a gusto ayudando. Los voluntarios son el gran motor de Fundación Belén”.

Dentro de la institución, también funciona un servicio de comedor que realizan alumnos del CIERG con sus directores y profesores de la UTN. “Nosotros sólo les brindamos el lugar y ellos se ocupan del resto. Muchas familias vienen a retirar sus viandas mientras otros comen aquí”, explica Gómez.

También cada semana, cuatro voluntarias se acercan al barrio para cortar el pelo gratuitamente a quienes lo necesiten, ya sean damas, caballeros o niños.

Si bien dentro de la Fundación se encuentra la Iglesia Misionera Austral desde donde se enseña escuela bíblica y teatro, Sánchez aclara que las actividades de la fundación están separadas de las de la Iglesia.

“La gente viene a buscar el pan y por ahí necesita algo de mercadería. A veces tenemos donaciones, entonces la ofrecemos. Hay muchas necesidades, por eso, todo lo que tenemos es para compartir”.