El estrés de la docencia en cuarentena

La actual situación sanitaria ha cambiado obligatoriamente la modalidad de trabajo de los docentes, por lo que sin lugar a dudas impacta en la salud mental y emocional de los trabajadores de la educación.

La docencia tuvo que adaptarse obligatoriamente al trabajo virtual.

BUENOS AIRES.- Un proyecto reciente, titulado “Estresores y desgaste profesional docente en tiempos de pandemia”, desarrollado por investigadoras del Instituto de Educación Superior N° 9-027 (Guaymallén, Mendoza) y del CONICET, encuestó a más de 7.500 docentes argentinos de todos los niveles educativos, llegando a la conclusión de que el 62,3% experimenta niveles elevados de estrés, relacionados con la profesión y el confinamiento.

Todo lo nuevo provoca temor y cambios emocionales, cuanto mas en esta situación en la que lo nuevo “modalidad educación virtual” es una condición obligada, el docente no tiene la posibilidad de elegir, ya que es la manera que de trabajo impuesta, claramente porque es la única forma viable para todos los sectores. A continuación algunos puntos a tener en cuenta para tener presente y que puede ayudar a minimizar las consecuencias del trabajo virtual.

Establecer una rutina eficiente

Elija un lugar estable de trabajo en la casa, bien iluminado, cómodo, ordenado, provisto de los materiales que necesitará y ubicado lo más estratégicamente posible en cuanto a distractores.

Organice sus objetivos y establezca horarios para ellos. Incluya en su agenda del día, las tareas docentes y las responsabilidades extralaborales.

Siempre que sea posible, proponga y comunique un horario específico en el cual estará disponible para consultas de los alumnos y sus familias.

Si tiene hijos pequeños, acuerde con ellos los momentos en que pueden y en los que no deberían interrumpir. Al término del día propicie a sus hijos una dosis extra de cariño y tiempo de calidad.

Alterne momentos de concentración con momentos de descanso, recuerde que en el trabajo docente presencial existen los recreos. Respire profundamente para oxigenar el cerebro, expóngase a la luz solar y al aire de una ventana. Esto no implica pérdida de tiempo; la lucidez y la creatividad se recuperan luego del descanso.

Regular las autoexigencias y el perfeccionismo

Detenga las creencias derrotistas. Evite pensamientos del tipo «Soy un pésimo docente o un mal progenitor». No pretenda tener todo y siempre en perfecto orden. Delegue tareas y ayúdense unos a otros. Evite juzgarse y compararse con lo que hacen otras personas en situaciones similares. Elimine las presiones sin sentido y no se castigue por no poder ser la versión más exitosa de sí mismo en este tiempo de extrema complejidad.

Buscar apoyo social estratégico

El aislamiento físico no tiene por qué ser sinónimo de soledad. Manténgase conectado con aquellos que puedan brindarle afecto, contención y empatía. Procure también apoyo instrumental que le permita solucionar problemas laborales, conocer nuevos métodos y técnicas para cumplir sus objetivos. La comunicación periódica con los colegas funciona. Transmita sus dudas a los directivos, emita su opinión, trabaje seguro y comprometido. Conviértase en una fuente de apoyo para otros, la solidaridad es una poderosa fuente de bienestar personal.

Regular las emociones

El bienestar y la felicidad dependen de un adecuado equilibrio afectivo. Modere la intensidad, frecuencia y forma de expresar las emociones, pero no las inhiba, son parte importante de este proceso. Concéntrese en lo que ha podido hacer bien durante el aislamiento temporal. Esto ayudará a disminuir la sensación de agobio y ansiedad. Intente serenarse; los ejercicios de relajación, las respiraciones profundas y la oración resultan muy útiles. Una buena charla, una lectura inspiradora, una canción favorita pueden aumentar la experiencia de emociones positivas y amortiguar el impacto de las experiencias negativas, mejorando su balance emocional.

Mantener un estilo de vida saludable

Organice una rutina de ejercicios simples para contrarrestar el sedentarismo y liberar endorfinas. El 60% de los docentes informaron sentir molestias en la zona lumbar. Intente hacer estiramientos prolongados que descontracturen la espalda y el cuello. Hidrátese antes y después de realizar actividad física, bebiendo 2 o más litros de agua por día. Trate de evitar el “picoteo” entre las comidas, disminuya el consumo de azúcares y bebidas estimulantes. Consuma frutas y vegetales para fortalecer el sistema inmune. Acuéstese temprano y duerma por lo menos las 8 horas recomendadas.

Solicitar ayuda profesional

Si siente que las presiones desbordan su capacidad de resistencia y que ya no tiene vitalidad para intentar posibles soluciones; o si no ha llegado a este punto, pero quiere recibir más orientaciones para saber cómo evitarlo, le recomendamos buscar ayuda profesional. Hay numerosas ofertas de atención psicológica a las que puede acceder desde su casa, con la computadora o el celular.

Fuente:https: www.educacionadventista.com