Condenan a Do Kwon a 15 años por el colapso cripto de US$40 mil millones que según las víctimas causó devastación

La debacle de Terraform Labs formó parte de una catástrofe en criptomonedas que acabó con la caída de FTX

Han condenado a Do Kwon a 15 años de prisión por estar detrás de dos monedas digitales que eventualmente colapsaron, causando una debacle de US$40 mil millones. Durante la lectura de la sentencia uno de los jueces dijo que el trabajo de Kwon en Terraform Labs fue «un fraude épico a escala generacional” comparable con muy pocos fraudes anteriores.

Los empresarios surcoreanos Daniel Shin y Do Kwon presentaron originalmente a la cadena de bloques Terra como plataforma de monedas digitales estables o stablecoins, vinculadas a monedas de curso legal en 2019. Todo comenzó con Terra KRW, atada al auge coreano, pero para 2020 el proyecto cambió su enfoque a Terra USD (UST), una stablecoin algorítmica diseñada para mantener un valor de US$1, respaldada por LUNA (criptomoneda nativa de la cadena de bloques Terra) en lugar de reservas tradicionales. La estabilidad de UST dependía de un mecanismo automático que restringía la oferta cuando el precio de la UST era menor a US$1, y la aumentaba si subía por encima de US$1.

Durante muchos años se consideró que una stablecoin descentralizada era como el santo grial en las criptomonedas, pero tal como lo ilustró el eventual colapso de UST y la evolución de otros proyectos, son mucho más complejas y pueden ser difíciles de escalar manteniendo la descentralización (y eso, si es que funcionan).

Como UST tenía el respaldo de la garantía de LUNA, la creciente popularidad de UST llevó a un masivo aumento del valor de LUNA que creció en medio de la fiebre de 2021, atrayendo miles de millones de capital. El ecosistema de Terra ganaba su tracción por medio del protocolo Anchor, plataforma de préstamos que ofrecía rendimientos de casi un 20% anual para depósitos en UST. Para comienzos del 2022 UST había llegado a los US$10 mil millones y se convertía en la tercera stablecoin más importante, detrás de USDT y USDC.

Algo así como un esquema Ponzi

No sorprendió que el rendimiento anual del 20% para los depósitos de UST acabara por perder sustentabilidad. Eventualmente, se dio algo así como una corrida cuando el mercado cripto tuvo un revés más general. LUNA estaba hiperinflada para cubrir a los usuarios que intentaban pasarse a UST y el sistema en su conjunto se derrumbó. Tal como sucede en casi todos los fallidos esquemas de criptomonedas, los excelentes retornos de UST hicieron que el Protocolo Anchor resultara ser algo así como un esquema Ponzi.

El colapso significó la pérdida de US$40 mil millones en una semana y solo los jugadores más sofisticados lograron salvarse porque se retiraron temprano. Los demás depositantes sufrieron el golpe. Do Kwon, el rostro de facto del proyecto, escapó del escrutinio legal, enfrentó acusaciones de fraude en muchos países, que finalmente resultaron en su arresto en Montenegro en 2023.

El colapso de UST y LUNA formó parte de un evento mayor en criptomonedas que eventualmente sacó a la luz a otros jugadores, y FTX, de cambio de criptomonedas, fue una de las últimas piezas de dominó en caer, en noviembre de 2022.

La tragedia para las víctimas
Durante la audiencia de la sentencia de Kwon en el tribunal federal de Manhattan, las víctimas del colapso de Terra mostraron al desnudo lo que significó esa pérdida de US$40 mil millones, según Inner City Press.

Chauncey St. John, fundador del Protocolo Angel de donaciones sin fines de lucro habló de cómo sufrieron cientos de organizaciones que habían confiado en la promesa de Terra. Perdió US$1 millón, que eran los ahorros de retiro de su familia, y tuvo dificultades para devolver dinero a donantes, con la consecuencia de frenar proyectos de asistencia como la instalación de energía solar en África rural. Tras el tuit de Kwon sobre el desacople de UST del valor de US$1, St. John buscó asesoramiento, pero le dijeron que ya era demasiado tarde. En lo personal, perdonó la traición de Kwon y pidió misericordia divina para él.

Otro testimonio dio cuenta del dolor por el suicidio de un querido amigo.

Stanislave Erofimthuk habló de la inversión de sus ahorros ante el anuncio del 20% de retorno asegurado anunciado por Kwon, y eso fue a pocas semanas de la espiral descendente. Se esfumaron diecisiete años de esfuerzo, y el resultado fue un divorcio. “Destruyó a mi familia”, dijo Erofimthuk lisa y llanamente, culpando a Kwon.

Tatiana Dontsova relató cómo cayó de ser propietaria en Moscú a vivir en la calle. Con 58 años, la mujer que vive sola apostó los US$81.000 de un apartamento para contar con solamente US$13 al terminar la debacle. Debió mudarse a Tbilisi y empezar de nuevo. No tiene dónde vivir, enfermó y hace tres años que sufre de depresión.

Más allá de estos ejemplos, el juez Paul Engelmayer recibió 315 cartas de parte de inversores de todo el mundo: uno perdió US$62.000 en la apuesta de “bajo riesgo”; otro pensó en suicidarse después de haber perdido los ahorros de su padre; y hubo padres que confesaron que no tenían para alimentar a sus hijos después del colapso.

Durante la lectura de la sentencia Kwon afirmó que realmente creía en la promesa de lo que construía con Terra. Ya sea verdad o no, la destrucción que sintieron los que sufrieron cuando el sistema colapsó sigue siendo igual de trágica.

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