Canalis admitió que es “difícil” controlar las ferias itinerantes

“Hay que discernir si el alimento se compró en una feria formalmente organizada de aquella que es espontánea y no tiene cara visible, nadie que se haga responsable”, explicó el Director de Bromatología e Higiene del Municipio de Río.

RIO GRANDE.- El director de Bromatología e Higiene del Municipio de Río Grande, Víctor Canalis, brindó su punto de vista acerca de la polémica que instaló el vicepresidente de la Cámara de Comercio local, José Luis Iglesias, quien pidió mayores controles para las ferias barriales y vecinales.

Canalis hizo hincapié en la venta de alimentos y productos gastronómicos en las ferias que se diseminaron en toda la ciudad e hizo una diferenciación que es fundamental para entender la complejidad del tema: por un lado las ferias habilitadas y notificadas ante el Municipio -que sí reciben controles- y por otro lado, las ferias itinerantes y espontáneas, donde solo actúan en casos de denuncia.

“Iglesias puntualizó en una gama de productos que se comercializan pero lo cierto es que los productos gastronómicos también deben controlarse en ferias vecinales y barriales, porque también hay actividad clandestina que nos tiene muy preocupados”, admitió.

En ese sentido, expresó que “se ha masificado en el transcurso del año, aumentó la venta de productos ilegales y siempre son pocos los esfuerzos para controlar y evitar que esos productos lleguen a la mesa de los consumidores”.

“Hay ferias reguladas por el Municipio, donde rigen controles y verificaciones cuando se ofrecen al público productos gastronómicos y de consumo humano. También es cierto que hay mucha actividad irregular, en ferias itinerantes o espontáneas, que lamentablemente ocurren cada vez con más frecuencia y siempre estamos detrás de situación”, se sinceró.

Así, aclaró que “nosotros hacemos controles cuando hay notificaciones previas o situaciones irregulares producto de una denuncia, cuando nos alertan de la situación. Del mismo modo controlamos las ferias que son organizadas por el Municipio, que siempre tiene controles previos y durante la realización de las mismas”.

“Si no hay notificación previa del organizador, que nos comunique fehacientemente la realización de la feria, no realizamos controles al azar”, precisó y a su vez, aseguró que “esto existe, siempre estamos al tanto de ir por la otra vía, porque la actividad clandestina existe y hace uso de redes sociales y canales de comercialización virtuales que complican muchísimo el control”.

Por ello, hizo un llamado de atención: “Hay que concientizar al consumidor, la adquisición de productos alimenticios en ferias itinerantes, en las redes sociales y por otras vías alternativas, puede producir severos problemas porque los alimentos se elaboran en lugares de dudosa calidad, sin cumplir normas de seguridad e higiene que pueden redundar en enfermedades severas”.

“En principio, hay que discernir si el alimento se compró en una feria formalmente organizada de aquella que es espontánea y no tiene cara visible, nadie que se haga responsable. Ahí se dividen las aguas entre lo que puede ser controlado previamente y durante la feria, de aquello que no se puede controlar”, explicó.

Finalmente, Víctor Canalis recomendó que “hay que tener en cuenta que todo lo que tiene origen incierto o dudoso, porque el manipulador no cumple con determinadas pautas a la vista, esa comida elaborada o no tiene riesgos implícitos”.

Canalis admitió que “hay mucha actividad irregular, en ferias itinerantes o espontáneas”.

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