Caída de la demanda: “Con estos precios nos fundimos todos”

Según un informe elaborado por la consultora MRT (Market, Research and Technology) los precios de la “canasta electrónica” subieron fuerte tras la devaluación, pero se derrumbaron en febrero, producto de la menor demanda. “La situación no es sostenible”, remarcó el CEO de BGH, Gustavo Castelli.
RIO GRANDE.- De acuerdo a una publicación del diario Clarín, firmado por el periodista Damián Kantor, los precios de la “canasta electrónica” subieron fuerte tras la devaluación, pero se derrumbaron en febrero, producto de la menor demanda.

El dato se desprende de un informe elaborado para iEco por la consultora MRT (Market, Research and Technology), el precio promedio de la electrónica de consumo (televisores, computadoras, lavarropas, heladeras, consolas de juegos y acondicionadores de aire, entre otros) aumentó 22% de diciembre a enero (de $12.637 a $14.523), pero bajó alrededor de $1.000 entre febrero y marzo.

El estudio relevó 50 retailers (híper, supermercados, cadenas de electrónica) y publicaciones de diarios nacionales, provinciales, folletos y páginas web del sector, con el objetivo de comparar productos y categorías para medir la evolución de los precios. Una de las principales conclusiones es que las marcas no pueden trasladar los costos de la devaluación del dólar a los precios de mercado por la caída en las ventas. Lo que para el consumidor es una buena noticia, para los fabricantes es motivo de preocupación. “La situación no es sostenible. Con una devaluación del 40%, el ajuste tiene que venir. Con estos precios, nos fundimos todos”, graficó sin anestesia Gustavo Castelli, CEO de BGH, una empresa que fabrica electrónicos en Tierra del Fuego para su marca y para terceros.

El estudio de MRT destaca los abruptos cambios en algunas categorías. Por ejemplo, una TV LED promedio que costaba en enero $22.644 ahora vale $16.279. En ese lapso, la heladera pasó de $15.143 a $12.888. Las computadoras y los acondicionadores de aire, en cambio, se estancaron a pesar de los mayores costos que afrontan los fabricantes por la importación de insumos dolarizados.

Desde el sector distinguen dos clases de rubros: la importación de productos terminados (impactados en un 100% por el valor del dólar), y los que se ensamblan en el país, que tienen distintos niveles de integración local. Alejandro Taszma, director comercial de Frávega, explica que la devaluación se tradujo en aumentos alineados al porcentaje de valor agregado local, pero resalta que en la baja de precios inciden también las “promociones muy agresivas en las diferentes categorías por la caída de la demanda, y que hoy los consumidores están expectantes, analizando muchas variables antes de comprar”. Y acota, por otro lado, que “las marcas necesitan rotar modelos por los futuros lanzamientos”.

Los smartphones merecen una explicación aparte. En principio, quedaron excluidos del informe de MRT, ya que “es muy difícil evaluar los precios de un modelo porque las telefónicas los ofrecen en paquetes y promociones atados a los abonos”, comenta Gastón García, analista de Comercio Exterior de esa consultora. Sin embargo, las fuentes coinciden en que los celulares no incrementaron sus precios en los últimos meses por diversos motivos. “Hubo algunos ajustes menores, pero desde mediados de noviembre a febrero los precios casi ni se movieron”, señala Fabio Rozenblum, un alto ejecutivo del fabricante fueguino Mirgor.

Resulta una curiosidad ya que los smartphones son prácticamente armados en el país a partir de componentes importados. En teoría, la devaluación debería impactar directamente en los precios, algo que no sucedió hasta ahora. Castelli, de BGH, explica que el motivo primordial es un exceso de stock originado en el último trimestre del año anterior por la sorpresiva apertura del grifo para importar decidido por el gobierno anterior. “El mercado venía subofertado, hasta que liberaron las DEJAI, con lo cual se produjo una cantidad inaudita de celulares”, reseñó el ejecutivo.

El stock habitual (en manos del retail y telefónicas) es de 2 millones de unidades. “Con el desplome de la demanda más el aumento de la oferta, esa cantidad llegó a duplicarse en cierto momento”, dice Castelli, y agrega que el gran problema, que incide en la baja de precios, es que “la preocupación es quedarse con mucho stock”.

En ese mismo sentido, una fuente de Walmart manifestó que “muchos eventos promocionales se adelantaron, básicamente para garantizar la rotación de productos en algunas categorías de la línea blanca (heladeras, cocinas y lavarropas) y línea marrón (sobre todo de televisores y PC de escritorio)”.

Juan Ferlaino, analista especializado en TV de la consultora GfK, indica que entre enero y febrero las ventas de televisores cayeron 6,7% comparado con el mismo bimestre del año anterior. “Hay una tendencia a la baja, pero no es un índice dramático”, dice. De todos modos, aclara que es muy pronto para asegurar que la tendencia es definitiva: “Hay que esperar para ver cómo evoluciona el mercado. Recién a partir del segundo trimestre podemos sacar conclusiones”.

En líneas generales, desde el sector describen un panorama para el consumo con mucha cautela, con cierta incertidumbre y a la espera de ver cómo evoluciona la economía. “Este es un mercado donde los ánimos cambian semana a semana. Por ahora, el consumidor está a la expectativa”, puntualiza Ferlaino, de GfK. Desde Frávega creen lo mismo. “Esta es una etapa wait and see ”, sentencian.

Cayó la demanda de electrónicos a nivel nacional.
Cayó la demanda de electrónicos a nivel nacional.