MADRID (AFP).– El Barcelona se proclamó ayer campeón de la Copa del Rey al ganar 3-1 al Alavés en la final disputada en el estadio Vicente Calderón de Madrid, que acogió así su último partido oficial, en el que un espléndido Leo Messi participó en los tres goles.
Messi abrió el marcador (30), poco después Theo Hernández igualaba de tiro libre (33), antes de que Neymar (45) y Paco Alcácer (48) rubricaran el 3-1 final.
El Barça ganó así su 29ª Copa del Rey, tercera consecutiva, salvando su temporada tras su eliminación en la Liga de Campeones y su segundo puesto en la Liga española.
Los azulgranas se mantienen como el club con mayor número de estos trofeos y, de paso, dieron una despedida dorada a su técnico Luis Enrique.
El entrenador asturiano puso fin con esta victoria a su periplo de tres años en los que ha conseguido nueve de trece trofeos posibles.
El Alavés, equipo revelación de la temporada tras su ascenso a Primera División, sólo aguantó la primera parte con su muro de cinco defensores, donde a los azulgranas les costaba encontrar los huecos.
Dos despistes defensivos en los últimos minutos permitieron al Barça encarrilar un encuentro, en el que el Alavés, agazapado atrás, buscó hacer daño al contragolpe y con balones largos.
El Barcelona fiel a su estilo, tuvo paciencia para buscar el hueco en la defensa alavesista.
Los vascos pudieron golpear primero cuando un disparo de Ibai Gómez al palo se paseó por la línea de gol después de rebotar en la espalda del portero Jasper Cillessen (27), pero entonces apareció Messi, uno de los hombres más activos de su equipo y que contribuyó a los tres goles.