BUENOS AIRES.- El Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, que se conmemoró el pasado 27 de mayo, reunió a la comunidad internacional de esclerosis múltiple (EM) con el fin de compartir experiencias, concientizar y hacer campaña con y para todos aquellos afectados por esta enfermedad. Es una iniciativa de la Federación Internacional de EM, conjuntamente con sus redes de apoyo.
“Esta fecha constituye una buena oportunidad para destacar que todas aquellas personas con sospecha o diagnóstico de esclerosis múltiple, deben acudir a especialistas con experiencia en este tipo de patologías desmielinizantes. Ello les permitirá recibir una evaluación clínica completa para confirmar o no el diagnóstico, y luego dar inicio inmediato al tratamiento. También recomendamos visitar los centros especializados, que son los que disponen del personal y la aparatología necesaria para el abordaje de esta enfermedad”, manifestó el doctor Edgardo Cristiano, médico neurólogo, jefe de la Sección Esclerosis Múltiple del Hospital Italiano.
Para el doctor Jorge Correale, neurólogo, jefe de la Sección de Neuroinmunología y Enfermedades Desmielinizantes del Instituto de Investigaciones Neurológicas Dr. Raúl Carrea (FLENI), “es importante tener en cuenta que los pacientes suelen debutar con múltiples síntomas y si bien algunos son orientadores, ninguno de ellos es diagnóstico por sí mismo de la enfermedad, y se requiere de la verificación por parte del neurólogo y de la corroboración de la enfermedad por métodos complementarios, así como excluir otras patologías que puedan presentarse de manera similar. Además, en la mayoría de los pacientes, los síntomas se presentan en forma de exacerbaciones (aparición del síntoma) y remisiones (resolución del síntoma), en ocasiones la recuperación es total y otras veces parcial, con secuelas para el paciente. Mientras que en otros casos los síntomas progresan desde el inicio de la enfermedad en forma continua, por ello es tan importante ante los primeros síntomas consultar con especialistas en centros de referencia para obtener un diagnóstico certero y comenzar o no con el tratamiento”.
En opinión del neurólogo doctor Fernando Cáceres, Director Médico General del Instituto de Neurociencias de Buenos Aires (INEBA), “si bien en la mayoría de las enfermedades es ideal obtener un diagnóstico precoz e iniciar un tratamiento temprano, particularmente en esclerosis múltiple -una enfermedad inmunológica que requiere de medicación para regular la respuesta inmunológica alterada-, se ha demostrado que los tratamientos son más eficaces cuanto más precozmente se hayan utilizado”.
“El abordaje de la esclerosis múltiple requiere además del tratamiento farmacológico, que obviamente está a cargo del médico especialista, de un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud para atender los aspectos emocionales, sociales, laborales, cognitivos, y los problemas de fatiga, tanto física como mental, que padecen estos pacientes, por citar los principales. Esos aspectos afectan notablemente la calidad de vida del enfermo, y son tratados por un equipo que incluye, entro otros profesionales, a psiquiatras, neuropsicólogos, enfermeras, terapistas ocupacionales y kinesiólogos”, subrayó el doctor Cáceres.
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad neurológica, crónica, inmunológica, de causa no determinada, que afecta al sistema nervioso central. La padecen cerca de 6.000 argentinos -con una prevalencia de 3 a 1 en las mujeres-, y aunque no modifica esencialmente la expectativa de vida, constituye una de las afecciones neurológicas más discapacitantes en el adulto joven, impactando en forma negativa a nivel social, familiar, económico y laboral. Se presenta con episodios o brotes que pueden dejar secuelas irreversibles en la capacidad de caminar, la vista o el olfato, entre muchas otras. Está considerada la segunda causa de discapacidad en los adultos jóvenes después de los accidentes de tránsito.
Es ocasionada por determinadas células del propio organismo (linfocitos T), que atacan y dañan las conexiones entre las neuronas del sistema nervioso central. Entre otros, los síntomas más comunes que se pueden presentar son: visión borrosa, entumecimiento u hormigueo en las extremidades, problemas de fuerza, de coordinación, de memoria y trastornos cognitivos.
“La enfermedad tiene su mayor frecuencia entre los 20 y 40 años, la época más productiva social y económicamente de las personas. A esa edad se comienzan a delinear proyectos familiares, laborales, etc., por lo cual puede afectar no sólo al enfermo sino también a su entorno personal (familia, amigos) y tener impacto en su capacidad laboral. Por otra parte, la pérdida de empleo es una constante en muchos de estos pacientes, tanto desde el punto de vista físico como desde el punto de vista cognitivo (los déficits cognitivos se presentan en el 40-70% de los pacientes), lo cual también tiene un gran impacto económico en la sociedad”, insistió el doctor Correale.
Con respecto al tratamiento de la EM, existen diversas alternativas farmacológicas disponibles, las que deben ser complementadas con terapias de rehabilitación, fisioterapia, fonoaudiología, kinesiología, psicología, grupos de apoyo, y un equipo interdisciplinario de profesionales de salud para atender las posibles comorbilidades asociadas a la enfermedad; esto la posiciona como un verdadero modelo de medicina participativa e interviniente, con el objetivo de lograr el mayor beneficio posible para el paciente.