Feliz Nochebuena les desea El Sureño

La familia cambia, pero la Navidad sigue.Es una celebración muy esperada por los niños y toda la familia aprovecha las fiestas para reunirse y celebrar juntos. ¿Qué importancia tiene este ritual? ¿Qué transmitimos a nuestros hijos con motivo de estas fiestas?.

Tradición

Lo primero que llama la atención cuando hablamos de la Navidad, es su permanencia a través de los siglos y lo recurrente de sus elementos y sus símbolos.

La comida, el árbol, el Belén o los adornos son acontecimientos u objetos simbólicos comunes a todas las familias, que sirven para dar sentido a estas fiestas.

Atmósfera

El árbol es el elemento central, por la posición que ocupa y por las actividades que se realizan a su alrededor.

La luz, las velas y otros adornos participan de la atmósfera mágica.

Al igual que los regalos, que adquieren más importancia cuando la segunda generación accede a la paternidad.

Tiempo festivo

El desarrollo de la fiesta también obedece a secuencias parecidas: una cena de Nochebuena o comida de Navidad, el intercambio de regalos y, a menudo, un tiempo festivo en el que se comparten villancicos para niños, lecturas o un paseo.

Valores

Esta repetición de escenas que se perpetúa, no implica ninguna rigidez, todo lo contrario.

Porque la segunda cosa que caracteriza el ritual de la Navidad es su gran flexibilidad: Cada familia se la apropia organizándola a su manera y atribuyéndole sus propios valores.

Cultura

La Navidad perdura y se ha extendido por todo el mundo porque trasciende el aspecto comercial que tanto se critica.

Desempeña un papel importante en el seno de la familia, para quienes la componen: Para los niños, ya que marca la entrada en la cultura familiar, permite la construcción de las identidades dentro de la familia, la transmisión de mitos y valores a través de las generaciones.

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