Según un informe de la Cámara Argentina de Formación Profesional, el sector confirma su impacto social como vía de movilidad laboral.
El desafío pasa por la eficiencia operativa y la adopción de IA para un crecimiento que exige pagos más flexibles.
La Cámara Argentina para la Formación Profesional y la Capacitación Laboral anunció los resultados de su Encuesta de la formación permanente.
Luego de un relevamiento de un año, se reafirma el rol que tiene la educación no formal en el mercado de trabajo nacional.
Se estima que más de 144.000 personas mejoraron sus condiciones de empleo a partir de las capacitaciones realizadas en este ámbito durante el último año. Esto demuestra que la formación profesional sigue siendo un motor silencioso de desarrollo y movilidad social.
Pese al impacto, se advierte sobre un déficit en la medición sistemática de la empleabilidad. Esto limita el uso de esa evidencia como prueba social en el punto de decisión.
“La educación no formal es un engranaje de la economía real: convierte ahorro privado en capital humano inmediato, eleva la productividad de las pymes y acelera la inserción laboral. Ordenarla con datos y estándares multiplica su aporte al crecimiento.” afirmó Hernán Martini, director del Observatorio para la Educación y el Trabajo de la Cámara.