Un día como el de hoy tiene que ser recordado con el sentimiento que corresponde a la figura de aquellos pioneros que conducía don Estanislao Leniek, a las órdenes del ingeniero Lisandro Guarnieri, quienes nos han marcado que, con voluntad y sacrificio han dicho presente a la hora de trabajar.
La cuadrilla de perforación estuvo integrada por Culitripai, Celestino Olmos, Ruiz, Balverdi, Alanis, Cándido Nieva, Vera, Tito Kees, Ramón Balverdi, Novegil, Roberts, Oliveira, Devoto, Constantino, Trasarto, Batuolo, Casciani, Batres, Mas, Villafañe, Guarini y A. Nievas y Nikita Sunn, declarado ciudadano ilustre de nuestra ciudad.
Estos hombres, junto a un equipo Wilson, dos bombas, tres motores, un tractor y dos camiones Torniklof, herramientas y enseres personales, iniciaron la gran aventura. La dotación de trabajadores vivió en los cuarteles del incipiente BIM 5 durante los tres meses que llevó armar el campamento.
Por aquel entonces pocos imaginaban que el mismo pozo, diez años más tarde, traería una bendición de gas natural al pueblo riograndense que se guarecía de las inclemencias del clima a leña y carbón.
La calefacción de Río Grande era a leña, el descubrimiento del TF1 potenció el progreso y el confort para la Isla de tantos ciudadanos que comenzaban a llegar en busca de un mejor porvenir en el campo petrolero.
En la actualidad la tecnología plantea otras exigencias. No basta con la dureza y el temple de aquellos esforzados pioneros, en las últimas décadas la tecnología ha desempeñado un papel fundamental en la mejora de los esfuerzos de exploración y la maximización de la eficiencia en la detección de yacimientos petrolíferos.
A lo largo de un extenso período la industria petrolera ha sido impulsada por la continua búsqueda de nuevas reservas de petróleo con el objetivo de atender la creciente demanda global de energía.