Uruguay recordó hoy el 52 aniversario del golpe de Estado del entonces presidente Juan María Bordaberry, que abrió una página oscura de quiebre institucional entre 1973 y 1985 y que ocasionó heridas que aún persisten en la sociedad.
MONTEVIDEO (Xinhua/NA).- En torno a la media noche del 27 de junio de 1973, Bordaberry, del Partido Colorado, ordenó la entrada de las Fuerzas Armadas en el Palacio Legislativo de Montevideo, para la disolución del Parlamento, que en ese momento sesionaba ante los rumores de un inminente golpe de Estado, lo que inauguró una dictadura que se extendió hasta 1985.
Al respecto, la actual vicepresidenta de la República y presidenta del Senado, Carolina Cosse, aseguró que “fue un momento que marcó de manera muy dolorosa la historia del Uruguay”.
El golpe de Estado también significó un periodo de persecución y represión contra la izquierda uruguaya que se saldó casi 200 desaparecidos y miles de presos políticos durante más de una década, de acuerdo a las cifras de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente de Uruguay”.
“A veces la bruma del tiempo hace que no tengamos conciencia de lo que pasó. La bruma del tiempo es buena si nos permite sobreponernos para mirar con otros ojos la historia, no es buena si nos lleva al olvido”, reflexionó Cosse en conversación con el Canal 5 de la televisión pública uruguaya.
Entrevistada desde el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo en Montevideo, donde los militares ingresaron en la madrugada del 27 de junio de 1973, Cosse rememoró que “acá pasaron cosas terribles”.
La disolución de las cámaras se dio en el marco de una convulsionada institucionalidad de la política uruguaya, que en 1972 ya había destruido la estructura de la guerrilla urbana del MLN-T (Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros). Años después, Bordaberry defendió su accionar al decir que “el Uruguay estaba en un punto en el que corría el riesgo de perder mucho más que el Parlamento, ya que este órgano estaba actuando contra la sociedad misma”.
Tras el golpe de Estado, la entonces Convención Nacional de Trabajadores (CNT) convocó a una huelga general indefinida que se extendió durante 15 días, a la que se sumaron el movimiento estudiantil, actores políticos y otros sectores de la sociedad uruguaya.
En recuerdo de la resistencia civil, en 2014 se designó por ley al 27 de junio como “Día de la Resistencia y Defensa de la Democracia” para reconocer “el rol de la ciudadanía, los partidos políticos y las personas que se nuclearon en la Convención Nacional de Trabajadores (CNT) y otras organizaciones, en la convocatoria a la huelga general en oposición al golpe de Estado”.
En este sentido, la Presidencia de la República recordó en una nota publicada hoy jueves que “la fecha busca contribuir a la consolidación de la democracia como pilar fundamental de la sociedad y recordar la necesidad de su defensa permanente”. Al perder apoyos en la interna militar, Bordaberry abandonó la presidencia en 1976 en favor de una cúpula militar.
Según la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente, durante la dictadura hubo 197 opositores desaparecidos, de los que solo fueron identificados siete cuerpos.
La justicia uruguaya ha procesado, gracias a excepciones a la ley de impunidad ratificada en dos referéndums, a decenas de militares y policías por la represión ilegal durante la dictadura, entre ellos dos exdictadores acusados, entre otras cosas, por “desapariciones forzadas”.
CRÉDITO IMAGEN DE PORTADA: Vicepresidenta de la República y presidenta del Senado, Carolina Cosse. REDES.