Trump patea el tablero y aumenta a u$s100.000 el costo de esta visa

Una medida inesperada encarece de manera histórica la contratación de profesionales extranjeros en Estados Unidos. El impacto no solo se sentirá en las empresas, sino también en miles de trabajadores que ya dependen de este visado.

La política migratoria de Estados Unidos ha dado un giro que pone en alerta a compañías y profesionales de todo el mundo. El presidente Donald Trump anunció un arancel de seis cifras para las empresas que recurran a talento extranjero con la visa H-1B, un programa vital en sectores de innovación y ciencia. Con este movimiento, la administración busca priorizar el empleo local, pero al mismo tiempo abre un debate sobre las consecuencias para la competitividad y la atracción de especialistas globales.

Una tarifa que cambia las reglas del juego

El nuevo cargo asciende a 100.000 dólares y se aplicará a compañías que busquen cubrir puestos de alta especialización en ingeniería, ciencias y tecnología. Esta cifra se suma al salario y demás costos de contratación, lo que, según el secretario de Comercio Howard Lutnick, busca que “no resulte rentable” depender de trabajadores extranjeros.

El mensaje político es claro: incentivar la formación y contratación de profesionales estadounidenses. Sin embargo, la medida golpea directamente a un mecanismo que durante años fue clave para resolver la falta de mano de obra calificada en el país.

El papel estratégico de la visa H-1B
El visado H-1B se ha convertido en un pilar para la industria tecnológica, ya que permite a profesionales de distintos países vivir y trabajar en Estados Unidos durante tres años, con posibilidad de extender la estadía hasta seis. En 2024 se aprobaron cerca de 400.000 solicitudes, de las cuales dos tercios fueron renovaciones.

Un dato revelador es que el 75% de los beneficiarios proviene de la India, lo que muestra hasta qué punto la fuerza laboral internacional sostiene al ecosistema de innovación estadounidense. Al encarecer el acceso, las compañías se enfrentan a un desafío: absorber costos más altos o reducir su capacidad de atraer talento global.

Reacciones y preocupaciones inmediatas
Las críticas no tardaron en llegar. La Asociación Nacional de Empresas de Servicios y Software de India (Nasscom) calificó la medida como “preocupante”, destacando la ausencia de un período de transición. Esto genera incertidumbre tanto en las empresas con planes de contratación como en quienes están renovando o solicitando la visa.

Para muchos especialistas, la decisión podría frenar la innovación, ya que las compañías se verán obligadas a replantear proyectos o a competir por un grupo reducido de profesionales locales.

Alternativas y nuevas propuestas
En paralelo, Trump reiteró su idea de implementar una “tarjeta dorada” de residencia para individuos con cualidades excepcionales, siempre y cuando inviertan un millón de dólares en el país. Esta iniciativa busca atraer capital, aunque se diferencia radicalmente del espíritu del programa H-1B, que prioriza las habilidades profesionales por encima de la inversión económica.

El contraste entre ambas medidas refleja una estrategia dual: por un lado, reducir la dependencia de trabajadores extranjeros; por otro, atraer a una élite de inversores dispuestos a comprar su camino hacia la residencia.

Un futuro incierto para el talento global
El aumento del costo de la visa H-1B podría redibujar el mapa del talento en Estados Unidos. Sectores que durante décadas prosperaron gracias a la diversidad de profesionales se enfrentan ahora a la posibilidad de perder competitividad frente a otros países que ofrecen condiciones más accesibles.

La pregunta que queda abierta es si la apuesta por proteger el empleo local será suficiente para sostener la capacidad de innovación del país en el largo plazo.

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