Transformando la carencia

Las personas que siempre están esperando (y reclamando) que los demás les den algo, en el fondo, no se dan nada a sí mismas. Cuando alguien se queja: “Nadie me da una mano”, en realidad, es él mismo o ella misma el/la que no se está ayudando. Entonces lo busca afuera. Cada vez que surja esta clase se sensación negativa en nosotros, tomémonos un tiempo para chequear cómo nos estamos tratando.

Lo mismo sucede en la pareja y en la familia. En épocas de convivencia cercana, como la que vivimos el año que acabamos de dejar, muchos se quejan de que el otro, llámese pareja, padre, hijo o hermano, no hace lo que esperan. Lo cierto es que quien está a nuestro lado es solo un espejo de nosotros mismos. Esa persona nos está entregando el siguiente mensaje: “Necesitás prestarte un poco más de atención”. Después de todo, nadie puede dar lo que no tiene.

Aquellos que se aman a sí mismos de manera equilibrada, por lo general, satisfacen sus propias necesidades y se sienten libres para pedirles a otros lo que desean y/o precisan. Si los demás reaccionan de manera positiva, lo disfrutan. Pero si no lo hacen, no se ofenden ni se enojan ni se deprimen. Porque saben proveerse de todo aquello que necesitan.

Aun cuando hayamos sufrido carencias de diversa índole de chicos, ya adultos somos nosotros quienes tenemos que ocuparnos de llenar nuestros vacíos, y no quienes nos rodean. Quien espera todo de otros, e incluso se molesta cuando no recibe nada, debe tener la valentía de mirar hacia adentro para comprobar cómo se ha estado tratando últimamente. Cuando somos nuestros principales proveedores de todo lo que necesitamos, jamás realizaremos demandas excesivas hacia los demás.

Nadie tiene absolutamente todo, durante toda la vida. Algunos tienen carencias económicas; otros, carencias físicas; y otros, carencias emocionales. Pero todos tenemos un potencial ilimitado para transformar cualquier situación negativa en crecimiento y avance. Todos somos capaces de llegar a suplirnos todo lo que nos falta y de fortalecernos en el camino. Aunque alguna vez alguien te haya dicho lo contrario, vos podés lograr todo lo que te propongas en la vida, incluso en tiempos de crisis.

En este mundo en el que nos hemos acostumbrado tanto a tenerlo todo, algunos esperan conseguir algo para sentirse felices. Aquellos que saben quiénes son y cuánto valen, deciden por la felicidad tanto en circunstancias de carencia como de abundancia. ¿Alguien te hizo creer en el pasado que nos sos merecedor, merecedora, de nada bueno? Esto es erróneo. Tenés el poder interior de convertir cualquier “no” en un “sí” y el derecho de disfrutar todo lo que la vida te ofrece.

En este tiempo especial, te animo a no permitir que ninguna carencia o situación adversa te limite. Si sentís que necesitás ayuda, buscala. Pero que nada ni nadie te impida convertirte en un árbol plantado junto a un río que da fruto todo el tiempo. ¡Lo mejor está por venir!

Acerca de Bernardo Stamateas

Nacido en el barrio porteño de Floresta y de ascendencia griega, Bernardo Stamateas tiene habilidad para el ajedrez, el clarinete y el saxofón. Luego de cursar la secundaria en los colegios Larroque y Mariano Moreno, estudió Licenciatura en Psicología en la Universidad Kennedy. Es Sexólogo Clínico. Hace dos años que es Doctor en Psicología, recibido en la Universidad del Salvador, Buenos Aires.
Es Pastor de la Iglesia Bautista Ministerio Presencia de Dios, en el barrio de Caballito, Ciudad de Buenos Aires. Destacado escritor y conferencista a nivel nacional e internacional, recorrió seis veces el territorio argentino gracias a sus conferencias. Sus libros hoy son leídos por todos los sectores de la sociedad. Varias de sus obras se convirtieron rápidamente en best sellers del mercado argentino. Visitó todo el territorio argentino brindando asesoramiento y capacitación, como cientos de charlas abiertas al público en general en las ciudades más importantes de nuestro país. Su nombre es referencia obligada a la hora de hablar de liderazgo y superación personal.


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