“Somos un equipo de mandíbula dura, nos tienen que pegar mucho para voltearnos”

El joven DT Matías Lucuix encara la renovación en la Selección de Futsal que viene de ganar la Copa América y de la que quedan pocos sobrevivientes del Mundial 2016.

BUENOS AIRES.- Casi la mitad de los campeones de América no están. No fueron convocados por el director técnico Matías Lucuix para las “revanchas” ante Paraguay, dos amistosos que se jugarán en Buenos Aires (jugaron el viernes en el microestadio de Argentinos Juniors) y Rosario (domingo en el Club Atlético Provincial), con el atractivo de reeditar la final que se quedó la Selección Argentina en febrero. ¿Por qué? Porque del mismo modo que Lionel Scaloni cuando comenzó su ciclo al frente de la Mayor, él atraviesa ahora el proceso de recambio generacional en el seleccionado de Futsal.

Matías Lucuix sigue apostando por el crecimiento de la Selección Argentina de Futsal.

“Lo que menos tratamos de hacer es mirar el DNI, pero estamos en un pequeño recambio”, admite Lucuix, antes de los juegos frente a Paraguay, con dos planteles diferentes para cada sede, más allá que algunos jugadores repetirán. Matías Starna, Maximiliano Rescia, Constantino Vaporaki, Ángel Claudino, Andrés Geraghty y Santiago Rufino, serán los seis que estarán en ambos partidos. El resto, mayoría de caras nuevas, la generación que deberá sostener el nivel que la Argentina construyó en los últimos años: fue campeón del Mundial Colombia 2016 y medalla de plata en Lituania 2021.

Lucuix también lleva su propio proceso. Quizás en una comparativa con Lionel Scaloni, ambos empezaron como ayudantes de campo de Selección sin haber dirigido clubes previamente, asumieron la responsabilidad de conducción -en su caso Diego Giustozzi se fue a España- y consiguieron el éxito deportivo con sus equipos.

El director técnico de la Selección Argentina de Futsal festejó el nivel que sostiene el equipo nacional. Luego de la conquista de 2016, fue medalla de plata en Lituania 2021 y este año campeón de América.

Era el proceso natural, pero el DT de la Selección de futsal habló con los jugadores y luego con Claudio Chiqui Tapia, un apasionado de este deporte que desde que asumió en 2017 le dio un impulso vital para acompañar los resultados deportivos no sólo a nivel internacional, sino también local con los clubes.

“Somos un equipo de mandíbula dura, nos tienen que pegar mucho, pero mucho para voltearnos”Matías Lucuix

En el horizonte, estos amistosos ante Paraguay -a quien enfrentó en octavos de final del Mundial 2021- serán el preludio de un semestre cargado de actividad en la Argentina: en septiembre se jugará la Finalissima versión futsal en Buenos Aires (contra Portugal, España y los guaraníes) y también queda la Copa Libertadores masculina, que tiene a San Lorenzo como vigente campeón.

-El recambio implica restar experiencia y sumar lo contrario ¿Cómo se logra el equilibrio?

-Hay muchos jugadores que, por cierta edad, ya tendrían que estar afuera. Pero lo que menos tratamos de hacer es mirar el DNI. Buscamos el rendimiento y ante esa posibilidad siguen estando. Pero sí, confiamos mucho en los juveniles. La verdad que es un trabajo que venimos haciendo desde 2015, 2016 cuando empezamos a trabajar como cuerpo técnico y creemos que ellos son lo que mañana nos van a poder seguir posicionando en la élite, en los primeros puestos mundiales.

-¿Con tantos jugadores en ligas extranjeras, cómo incorporás las nociones?

– Al no tener la posibilidad de entrenar semanalmente o mensualmente con la Selección Mayor, ellos (los juveniles) tienen que estar y tienen que empezar a mamar lo que nosotros queremos para el día de mañana. Así que es una parte muy importante de nuestra planificación, que es más anual. Y buscamos que no solamente ellos entrenen, sino que compitan con equipos de la liga local, que traten de viajar a las diferentes provincias.

-¿Qué te encontrás cuando mirás los partidos de nuestra liga?

-Uno trata de no diferenciar una selección local, de una “europea”. Trato que sea la Selección argentina, que todos se sientan parte de eso… Que vean que lo estamos siguiendo, que los analizamos, que sepan que están los mejores de nuestro punto de vista y que eso nos haga seguir manteniendo un alto rendimiento, que al final es lo que te exige hoy en día la camiseta. La Liga local es un poco como el país: ha tenido sus puntos bajos. Hoy en día está creciendo. Se han vuelto muchos jugadores del exterior, jugadores de alto nombre y muchos chicos de proyección que también están dando sus últimos pasos porque ya hay equipos de Europa que los están siguiendo y que los quieren contratar.

-¿Crees que hoy el trabajo de los clubes tiene un estándar que beneficia a quienes son convocados?

-Claramente. Te puedo decir que hasta nos aprovechamos un poco del trabajo que realizan diariamente, no solamente los entrenadores, sino también los clubes y más allá de la táctica y técnica, sino en todo lo que son las reglas de conducta de convivencia. Nuestros microciclos suelen ser cortos, no tenemos mucho tiempo de trabajo para preparar una competencia y claramente los jugadores llegan con herramientas porque se las brindan los clubes. Hubo una evolución en los últimos años.

-Volviendo al recambio, ¿Te costó en algún momento el tema de la edad, por la cercanía con algunos jugadores?

-Tuve esa posibilidad para lo bueno y para lo malo. Para lo bueno, porque muchos me conocen lo que fui como jugador, lo que soy como persona y no los puedo engañar. Cuando uno está en este lugar, siempre los jugadores te están midiendo a ver qué ideas tiene, si sigue haciendo lo que lo que decía antes, o si cambia, o si se adapta. Uno tiene que buscar un equilibrio. Tiene que tener un cierto respeto, que es lo primero y primordial, tanto desde mi lugar como del lugar de ellos hacia nosotros. Así que bueno, me costó, no te voy a decir lo contrario, pero lo disfruto mucho y claramente siento que soy un agradecido por la edad que tengo y estar en este lugar de privilegio.

-¿Qué ventajas te da tu edad, entonces?

-Tuve la posibilidad de tener muchísimas más vivencias que un entrenador de más años que yo, porque viví situaciones no solamente como jugador, sino también como ayudante en un cuerpo técnico… Después uno tiene que volcar todo eso a los jugadores. Muchas veces me he reprochado aspectos, principalmente estratégicos de juego, pero creo que hoy trato de ser un poquito más racional, más pensante y no tan intuitivo. Siento que soy mejor entrenador hoy, con mucho para mejorar, pero con las ideas claras. Con eso voy para adelante.

-¿No está muy alta hoy la vara con la que se mide la Selección?

-Yo creo que después del Mundial de Colombia la vara ya estaba super alta: era un desafío tanto personal como grupal de cada uno de los que habíamos estado en ese lugar. Y, al final, el deporte es un poco cíclico también, ¿no? Cuando se llega tan arriba la dinámica es que empiece a caer y que, bueno, después de un cierto proceso, uno empiece a reorganizarse de nuevo y otra vez vuelva a ese punto alto. Bueno, eso fue algo que no pasó. Esa línea no fue descendente, sino que siempre nos mantuvimos. Creo que la ambición de este grupo, esa llama, es la que nos dando la posibilidad de jugar finales, de llegar a repetir una nueva final del mundo, de que después de ese golpazo (perder en Lituania) que fue muy duro para todos, porque perder una final del mundo es muy duro, hayamos podido conquistar una Copa América.

-Esa es una fortaleza…

-Es que cuando vuelven a entrenar, sea para lo que sea: amistoso, partido, torneo, los jugadores quieren estar y saben que ese entrenamiento es lo que nos prepara para poder competir de la mejor manera posible. Principalmente representar a cada amante de nuestra disciplina, que muchas veces somos poquitos, porque éramos poquitos, pero ya somos más.

-¿Qué falta para que el futsal sea más popular?

-Somos un deporte nuevo, con poquitos años de desarrollo. Vemos esa transformación. Tuvimos la posibilidad de jugar hace poquito en el Parque Roca con 14.000 personas y fue algo único. Se nos caían las lágrimas cuando escuchamos el himno con tanta gente… La disciplina va a ir a más y el día de mañana esa tan ansiada profesionalización del deporte, que es lo que todos buscamos, se va a dar y que el deporte se va a establecer en la sociedad y la gente no va a hablar más de Futsal como el fulbito. Va a hablar del Futsal como una disciplina que se juega en todo el país.

El equipo argentino atraviesa un recambio generacional pero el DT Matías Lucuix no quiere quemar etapas ni apurar retiros.

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