Santiago Soto: “La danza es esfuerzo y disciplina”

“En los momentos difíciles siempre estuvo la danza, la danza te salva y te da las fuerzas para seguir adelante”.

RÍO GRANDE.- Santiago Soto Villaroel es profesor de Danzas Nativas y Folclore, recibido de la mano de Viviana Torrado, en Río Grande, bajo la dirección de Mabel Pimentel y Oscar Murillo, directores del Ballet Brandsen.

El profesor Soto junto a los integrantes de la Academia “Soles que Dejan Huellas”.

Con más de 32 años bailando la danza y 20 años ya cumplidos con la Academia ‘Soles que Dejan Huellas’, la cual conformó y dirige.

“Mis primeros pasos fueron cuando tenía aproximadamente 8 años para un acto de un 25 de Mayo donde me convoca una profe de música y mi seño de grado de la Escuela 20, Angela Loig, de Chacra IV, cuando recién se inauguraba. Ahí me enseñaron a bailar una chacarera, hicieron un fogón criollo y me mostraron el zapateo; aprendí enseguida, me gustó y quise aprender. Le pedí a mi mamá que me llevara a danza y empecé a ir a los talleres municipales”, recuerda Santiago de sus inicios en la danza.

Momentos de danza del profesor Santiago.

“Siempre me gustó bailar; mis padres, oriundos de Chile, siempre bailaron, en casa siempre se bailaba para las fiestas, se tocaba música en vivo, etc.

Mirando una noche de Cosquín, en una tele blanco y negro, me llamó la atención los bailarines, cero que vi bailar al ‘Chúcaro” con tres o cuatro parejas, yo era muy chiquito, no había bailado todavía en ningún acto. Me llamaba mucho la atención y eso, creo, fue la inspiración para acercarme a la danza”, contó.

Siempre hay un objetivo o una meta

“Todos los caminos son difíciles, cuesta mucho sacrificio, mucho tiempo y dedicación. El compromiso y hay momentos sí en que te dan ganas de tirar la toalla… pero siempre hay un objetivo o una meta y cuando uno trata de lograr un sueño, trata de no dejarlo de lado. Me considero, en mi manera de pensar, muy perseverante, soy de esas personas que intenta y lo intenta hasta lograrlo e ir aprendiendo en ese camino.

Mi papá me enseñó el valor del trabajo, el respeto con el trabajo y el compromiso. Le dedico a él todos estos años de la danza”, resaltó.

“La danza es mi vida, mi alma, son mis pies. La que me alegra las tardes, las noches. Me inspira, también me entristece al recordar a mi padre que ya no está y que tanto le gustaba bailar y siempre me acompañó”.

“Los momentos difíciles son cuando perdés a un ser querido; tuve la desgracia de perder a uno de mis alumnos pequeños que tenía una enfermedad terminal, Federico Ibáñez, y dejó una huella imborrable. También lo que pasó con Angel Choque, colega y amigo y con el que compartíamos muchas anécdotas y camino. Río Grande era chico en ese entonces y nos conocíamos todos, dejó mucho dolor ese suceso”, recordó con tristeza el profesor.

El camino recorrido

“Todo me ha costado mucho, ser el bailarín, el profe, el amigo, el hermano, el padre, el hombro de muchas familias. El poder acompañar y que me acompañen en momentos complicados. En esos momentos siempre estuvo la danza, y la danza te hace olvidar todo, uno toma fuerzas y sigue adelante.

Sueños y proyectos siempre hay que tener y tratar de cumplirlos, soñaba con estar en ‘Cosquín’ y lo logré, después logramos estar con el ballet en el ‘Pre Cosquín’, pasamos a la final y sigue en pie hasta hoy que ‘Soles que Dejan Huellas’ esté en el escenario mayor representando a Río Grande.

Ahora estamos abocados al Centenario de la ciudad, a tratar de pasar esta pandemia lo mejor posible y poder volver a los escenarios.

Tuvimos la suerte de conformar la Asociación Cultural y Folclórica Soles que Dejan Huellas, de ahora en adelante muchos proyectos y trabajo con eso”, dijo.

Respecto a qué es la danza en su vida, el profesor Santiago Soto expresó: “No imagino la vida sin la danza en mí; está conmigo desde chico, en distintos estilos y disciplina. Te libera el alma, la danza es alegría, es vida, te alegra el alma en momentos difíciles y también puede entristecerte. Pero todo eso es lo que alimenta alguna creación coreográfica. Nos liberamos y nos dejamos llevar. No imagino mi vida sin ella, es mas… todo el tiempo estoy con el movimiento de zapateo en mis pies”.

Su proyecto, la academia de baile

Soles que Dejan Huellas ha pisado innumerables escenarios en la ciudad, en la provincia y a nivel nacional. Representó a Tierra del Fuego en Cosquín, en Pre Cosquín, pasando dos veces a la final.

Viky y Agustín, hijos del profesor, siguen el legado de su padre.

Santiago ha participado como expositor en simposios de danza que organiza la Academia Nacional de Folclore. El último fue en pandemia, el 4to Simposio realizado en Jujuy.

A nivel provincial ha participado en la organización de los congresos provinciales de folclore ‘Nuestra Razón de Ser’, del Festival del Reencuentro Folclórico provincial. A nivel internacional, el Festival Infanto Juvenil, en Punta Arenas, ciudad del vecino país Chile. El Festival de la Patagonia, donde fueron galardonados; el ballet infantil de la academia fue reconocido con el premio ‘Revelación’ en Santiago del Estero.

También trabaja activamente en el ‘Movimiento Federal de la Danza’, como delegado provincial con los ‘Premios Chúcaro’.

En la pandemia también han participado de manera virtual en eventos con México y Punta Arenas.

“Mi papá me enseñó el valor del trabajo, el respeto con el trabajo y el compromiso. Le dedico a él todos estos años de la danza”.

“Todo es parte de la trayectoria de ‘Soles’ y todavía queda mucho que recorrer, la danza es seguir disfrutando escenarios, compartiendo y aprendiendo, uno nunca deja de aprender, resaltó Soto.

Sembrando la danza

“Creo haber dejado un granito de arena muy importante que es haber podido representar a Río Grande, a la provincia, con los pueblos originarios en la danza, son cosas que nos representaron como fueguinos. Queremos seguir en ese camino y mostrar en cada rincón que Tierra del Fuego está viva. Nosotros debemos cuidar a nuestra Tierra del Fuego, nuestro suelo, nuestra naturaleza, incluso nuestro viento nos ayuda a crear.

Somos familias de bailarines, me inculcó mi profesora la danza, y en su familia todos hacían danza. Yo por mi parte también sembré en mi familia, mis hijos bailan, pude transmitirles ese amor por la danza y eso hace que cumpla mi objetivo. Porque la danza folclórica argentina se va transmitiendo de generación en generación. Y eso creo que es el objeto de todo profesor”, afirmó.

Santiago disfrutando de su pasión por la danza con su hija Victoria.

Finalizando expresó: “Quiero saludar a todos los profesores en el ‘Día de la Danza’, a todos los colegas de Río Grande, que disfruten de ese día, que la danza es parte de nosotros, parte de nuestra esencia. Todos tenemos en el alma un movimiento para hacer”.

Gracias profesor Santiago por sembrar el amor por la danza en tantos corazones de los fueguinos; gracias por mostrar al país y al mundo las raíces y el sentir fueguino a través de sus cuadros coreográficos.

Sin duda alguna, dejarás un gran legado en la cultura de Río Grande.

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