RIO GRANDE.- Sigue siendo el Amo y Señor de la Patagonia. Río Grande por cuarto año consecutivo volvió a demostrar que sigue siendo el mejor de la región al coronarse en su ciudad después de cinco días muy duros con seis cotejos muy desgastantes y que le permitieron quedarse con la Copa Pablo Vidal, un hermoso trofeo que puso en juego el Departamento de Futsal AFA de la Liga Oficial de Fútbol.
El conjunto de Pablo Cobián no tuvo el tiempo de trabajo suficiente para encarar mejor éste certamen, aunque por el peso mismo de sus jugadores, fue suficiente para llevarse el campeonato, no obstante le falta tiempo de trabajo al equipo ya que cuando la base de Defensores (ex Sportivo) está en cancha juegan a una cosa, y cuando ingresan los demás jugadores seleccionados, lo hacen a otra, y aquí es dónde el adiestrador debe solicitar, aunque sea, dos horas semanales para que todos puedan jugar a lo mismo, y si no lo hacen, se puede pagar muy caro más adelante en otras ediciones.
La idea de control de balón está, pero insistimos, no todos los jugadores la aplican de la mejor manera, y esto se debe a conceptos primero y a ensayos después, pero en líneas generales no hubo una selección que lo haya superado en el trabajo táctico, y ahí sigue teniendo una ventaja el conjunto local con relación a los demás elencos que se acercaron hasta nuestra ciudad.
Pero más allá que sigue siendo el mejor, no puede relajarse y dormirse en los laureles, el resto de las provincias está haciendo un recambio generacional de importancia y sus progresos han sido más que evidentes como por ejemplo Ushuaia, Bariloche y Las Heras que marcaba su debut en esta clase de certámenes y pese a tener mucha gente de experiencia en CAFS, trajo muchos juveniles a hacer sus primeras armas y de hecho culminó tercero en el campeonato.
Lo mejor que se vio después de Río Grande ha sido Ushuaia, no tanto por su juego colectivo pero sí por su entrega, por las individualidades que mostró con la experiencia de ciertos jugadores, pero sobre todo por el gran recambio generacional que trajo a Río Grande y que tienen un potencial enorme y que con trabajo se van a potenciar mucho más.
A eso apuesta el conjunto de la capital fueguina, han planificado un trabajo a cuatros años y no piden resultados hasta llegar al tercero de los años pactados, así y todo se llevaron un subcampeonato a su ciudad que ha sido muy meritorio y que los motivará para seguir por la misma senda. Del equipo que Ushuaia llevó el año pasado a Bariloche, sólo mantuvo a dos, Lucas Lemul y Jonathan García.
Bariloche, de la mano del Mago Tarifeño, pateó el tablero, pese a salir subcampeón el año pasado en su ciudad con jugadores de experiencia, para esta oportunidad llegó a Río Grande con un plantel totalmente renovado, ya que ninguno de estos chicos jugó el año pasado en su casa, solo el arquero Ariel Gómez estuvo en el plantel pero no jugó.
Y mostró muchas caras juveniles, con futuros más que promisorios como el caso del chico que fue goleador del certamen, Alan Sánchez.
También Río Grande le mostró al resto de los equipos el potencial que tiene abajo, los chicos Sub 21 que jugaron un gran certamen y que si bien no pudieron acceder a las semifinales del mismo, hubo jugadores que explotaron bajo la tutela del Negro Chávez. (Ver los chicos del futuro).
El Calafate fue una de las selecciones más duras que tuvo el campeonato, ya se conocen mucho los jugadores que vienen representando a Broncos en los últimos años y si bien perdieron dos de los tres cotejos que disputaron, fue el conjunto que mas juego colectivo mostró después de los dueños de casa, ganándole bien a Ushuaia B, sorprendiéndose con la actuación de los chicos locales que lo derrotaron 8 a 5 pero que, de todas maneras, le permitió quedarse con el primer lugar de su zona, y cuartos de final, cayó ante Ushuaia 5 a 4 donde tuvo sus oportunidades pero no las supo aprovechar; el equipo estaba para mucho más.
Luego se registró el debut de Río Turbio y Magallanes, un segundo conjunto de Punta Arenas que acompañó a la Selección, y cuando todos pensaban que era el seleccionado de la Universidad (Umag), no eran solo jugadores de un club local y su nivel no fue bueno.
Lo de Ushuaia B hay que darle crédito por querer sumar a la disciplina, viendo que a último momento se habían caído tres selecciones, Viedma, Río Gallegos y Puerto Madryn -San Juan Rosario y Formosa se habían caído antes-, se juntaron dos días antes de viajar y con jugadores de experiencia como el caso de Walter Vaporaki y Maximiliano Seveca, apuntalaron a muchos otros pibes más que por su nivel quizás también sean tenidos en cuenta para seleccionado mayor.
Los chicos del futuro
El seleccionado B de Río Grande fue integrado por un combinado Sub 21, ningún jugador superó los 20 años, todos valores que juegan en las primeras divisiones de sus clubes, un roce importante pero que no es lo mismo que medirse ante los mejores de otras ciudades, y la verdad que lo hizo muy bien.
El debut de los chicos ante Ushuaia fue de mayor a menor, comenzaron muy bien, de hecho tras la suspensión que sufrió el juego el primer día, comenzaron ganando el partido, pero en diez segundos Ushuaia B se lo dio vuelta y luego por la desesperación de estos, terminaron regalando contragolpes que sellaron el 4 a 1 final.
Tras un día de descanso, el viernes por la noche mostraron un carácter que sólo los elegidos pueden mostrar, derrotaron a uno de los elencos que estaba sindicado a ser gran protagonista del evento, vencieron a El Calafate por 8 a 5 con actuaciones sobresalientes de jugadores como Martín Pedraza, Luciano Abalos, los hermanos Sánchez y la de su capitán Franco Torres, quien en los momentos más complicados del juego se metió el equipo al hombro y se hizo dueño de las salidas cuando el partido estaba muy caliente.
Los cuartos de final fueron muy duros para los chicos locales, ya que tenían la ilusión de llegar a semis y poder jugar oficialmente ante sus mayores, con quienes jugaron varios amistosos en la preparación previa del torneo, y pese a que arrancaron mucho mejor que su adversario, a los 8 minutos ganaban 3 a 0, y el primer tiempo se lo llevaron 4 a 3; en la segunda etapa se quedaron sin resto, en cinco segundos le dieron vuelta el partido y ya no tuvieron respuestas ni físicas ni mentales y mucho tuvo que ver las bajas que sufrió previo a éste juego, y sobre todo la expulsión de Adrián Sánchez, quien hasta ese momento era una de las figuras de la cancha.
Los dos golazos que marcó el pibe Pedraza en este juego, son para ponerlos en un cuadrito y colgarlos en una pared; uno de los jugadores más chicos, de edad y de estatura, fue una de las gratas revelaciones del campeonato y sin dudas que será una futura estrella en el Futsal local.
Los juegos de la Selección
Río Grande 9 – 6 Punta Arenas
Río Grande: Facundo Perpetto (2), Emanuel Quiroga (2), Leonardo Barrios (2), Nicolás Tumkiewicz, Cristian Carrasco y Sergio Barrios.
Punta Arenas: Leandro Chacón (2), Javier Calizario (2), Víctor Calisto, Franco Moreno y Felipe Salgado.
Río Grande 3 – 2 Ushuaia
Río Grande: Emanuel Quiroga, Alejandro Peña y Facundo Perpetto.
Ushuaia: Lucas Lemul y Rodríguez Pérez González.
Incidencias: Expulsado Tomás Sandoval.
Río Grande 13 – 3 Río Turbio
Río Grande: Sebastián Villarroel (4), Franco Andrade (3), Nicolás Tumkiewicz (2), Alejandro Peña, Cristian Carrasco, Sergio Barrios y Facundo Perpetto.
Río Turbio: Esteban Páez, Nicolás Sjoerdstra y Mariano Rivero.
Incidencias: Expulsados Matías y Nicolás Sjoerdstra en Río Turbio.
Río Grande 3 – 0 Bariloche
Río Grande: Nicolás Gallo (2) y Alejandro Peña.
Incidencias: No se registraron.
Río Grande 7 – 3 Bahía Blanca
Río Grande: Facundo Perpetto (2), Alejandro Peña (2), Franco Andrade, Cristian Carrasco y Nicolás Tumkiewicz.
Bahía Blanca: Eduardo Zito, Matías Figueroa y Pablo Carbajal.
Incidencias: Expulsado Emanuel Quiroga en Río Grande.
Río Grande 3 – 2 Ushuaia
Río Grande: Nicolás Tumkiewicz, Emanuel Quiroga y Sebastián Villarroel.
Ushuaia: Leandro Quevedo y Rodrigo Pérez González.
Incidencias: Expulsados Facundo Perpetto en Río Grande y Maximiliano Toro en Ushuaia.
