Realizan cine itinerante

Pareja de españoles quedó atrapada en Chile por la pandemia.

La pareja de españoles en su paso por Ushuaia, donde había iniciado el periplo.

PUNTA ARENAS.- Su aventura pretendía cubrir los 23.000 kilómetros que separan a Ushuaia, la ciudad más austral del continente, de Alaska, con un objetivo, sacar adelante su proyecto solidario de llevar el cine a las poblaciones más desfavorecidas del recorrido. Tiene nombre propio: Cinema Panaventura. La larga ruta, además, la iban a hacer Débora Álvarez y Carlos Martínez, asturiana y cántabro, ella en autocaravana (que al igual que el proyecto también tiene nombre: La Cobra) y él, en bicicleta. Lo de estar todo el día pedaleando era demasiado para Débora.
La hazaña quedó trunca ya que llegó la crisis del coronavirus y la pareja de españoles compuesta por esta socióloga y este fotógrafo y realizador de documentales, se encuentra atrapada en Chile, uno de los países más golpeados por la pandemia actualmente. No saben cuándo se abrirán las fronteras y poder continuar su hazaña. Algo parecido le pasó al argentino Martín Echegaray, pero su viaje se truncó cuando estaba a punto de llegar al final. Ésta es la historia de los aventureros españoles.
En diálogo con el portal www.elmundo.es, Carlos explicó que desde hace años fantaseaba con recorrer en bicicleta una de las carreteras más largas del mundo, la ruta Panamericana, que cruza a lo largo de casi 30.000 kilómetros todo el continente americano. “Quiero viajar desde Alaska a Ushuaia” fue una de las primeras frases que escuchó Débora cuando nos conocimos. Acababa de dejar el trabajo y empezaba a preparar la aventura. Nuestra relación fue creciendo y creció tanto que decidimos emprender el viaje juntos. Cambiamos un poco el viaje y, como somos nómadas digitales, decidimos unir a La Cobra, nuestra furgoneta de 1979. Carlos viaja en su bici y Débora conduce la furgo, que se ha convertido en nuestro hogar sobre ruedas.
Agregó que al proyecto solidario “empezamos a darle vueltas a la posibilidad de añadir alguna buena razón al viaje. Queríamos ofrecer algo a lo largo de nuestro camino, poder compartir con las personas y los lugares que fuéramos visitando. Nos encanta el cine, así que se nos ocurrió que podíamos llevar películas a las escuelas y otros espacios públicos de lugares remotos en Latinoamérica. De esta forma, Cinema Panaventura está inspirado en el proyecto de nuestros amigos de la Cinecicleta, que viajaron por África llevando cine en bicicleta.

El viaje
Comenzó en octubre de 2019. “Queríamos ir de Buenos Aires a Ushuaia. Lo que no nos imaginábamos es que íbamos a tardar tres meses en hacer esta parte. La Patagonia y todas las personas y los lugares que conocimos nos atraparon y el viaje se alargó. Además, a lo largo del camino se ha ido transformando en un proyecto de intervención social con el que visitamos escuelas, proyectamos y hacemos talleres. Queremos enseñar a los/as estudiantes a usar las herramientas audiovisuales que tienen a su alcance, especialmente el móvil, para hacer campañas en redes sociales y cortometrajes con el objetivo de fomentar el activismo social y medioambiental.
A su turno, Débora comentó que el problema del coronavirus los atrapó “cuando salieron de Ushuaia a finales de febrero rumbo al norte. “Conseguimos un acuerdo con el Gobierno de Tierra del Fuego en el sur de Argentina para visitar sus escuelas rurales. Desde ahí Carlos viajó en bici. Cuando habíamos llegado a una de las últimas escuelas nos aconsejaron cruzar a Chile porque empezó a oírse el rumor de que iban a cerrar las fronteras. Llegamos a Punta Arenas, la más austral del país. El primer mes y medio se decretó el confinamiento obligatorio, pero tuvimos la suerte de que Noe y Pato, dos viajeros chilenos, nos acogieran en La Casa de la Buena Onda.

Cinema Panaventura
“Al principio vivimos la crisis con mucha frustración porque estábamos empezando nuestro viaje y nos frenamos en seco. Además, cuando estás viajando, la incertidumbre se multiplica. También teníamos miedo por nuestras familias y la situación de nuestro país. Ahora estamos aprovechando este tiempo trabajando en el proyecto, en desarrollar bien la metodología que usamos en las escuelas y en conseguir financiación para poder seguir con él a lo largo del tiempo”.
“Nuestro cine itinerante visita escuelas y algunos espacios públicos como plazas o bibliotecas. Empezamos en la Escuela Hogar de Chipauquil, un paraje remoto de Somuncurá, que es un lugar al que se accede después de dos horas de camino de gravilla. Pensamos que La Cobra no llegaba, pero recorrió lenta -pero segura- estos paisajes más bien propios de una película del Lejano Oeste. Desde entonces en nuestro viaje por la Ruta 3, que recorre la costa atlántica, hemos proyectado en más de 20 espacios, fundamentalmente escuelas de la Patagonia argentina”.

La continuación
La pareja explicó que “la región de Magallanes y la Antártica chilena en la que nos encontramos es una península natural, por lo que la única forma de continuar el viaje para nosotros es cruzar hacia Argentina. Como, de momento, las fronteras están cerradas, no podemos movernos, así que nuestro plan es quedarnos aquí hasta que la situación cambie. Nuestra idea es seguir el viaje en cuanto sea posible. Como no sabemos cuándo podremos, estamos esperando, pacientes, a que llegue ese momento para poder seguir llevando cine por amor al arte a las escuelas de Latinoamérica”.