La película del cineasta Rodrigo Pérez Green, «El hombre de la Luna», en la que el fueguino Javier Giménez Filpe, se destaca junto a los hermanos Manuel y Rodrigo De la Serna en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
El actor fueguino Javier Giménez Filpe da un paso firme en su ascendente carrera cinematográfica con “El hombre de la Luna”, la ópera prima del director Rodrigo Pérez Green, que logró ingresar a la competencia oficial del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el evento más importante del séptimo arte en Latinoamérica.
La cinta, protagonizada por Manuel y Rodrigo de la Serna, propone una travesía íntima y melancólica por los territorios del dolor, la pérdida y la imposibilidad de sanar cuando el pasado se niega a soltar. Ambientada íntegramente en un hospital geriátrico de Buenos Aires, la película indaga con crudeza y belleza en los límites de la mente y la fragilidad emocional.
En ese universo, Giménez Filpe interpreta a un enfermero que acompaña el tratamiento del protagonista. El director comentó: “El papel de Javier tenía que aportar a la película la representación del hospital como institución, pero además de eso, él lo hizo tan humano que se siente ese trabajador de la salud que va al hospital cansado, que conoce a los pacientes, que sabe lidiar con ellos. Por eso está buenísimo lo que hizo, porque ves a un enfermero, pero también ves a una persona normal que está trabajando en este sistema de salud tan complicado, y creo que él, con su trabajo, le aporta mucha vida y mucha verdad«.
Es un personaje de mirada firme y conducta rutinaria, que expone —desde su propia perspectiva— las vicisitudes con las que conviven los psiquiátricos. Su actuación, contenida y precisa, logra transmitir una tensión que atraviesa el relato.
“Mi personaje forma parte del sistema, y su frialdad no es maldad: es empatía. Él sabe cómo lidiar con los pacientes y cómo tratarlos para poder cuidarlos de ellos mismos. En ese gesto vacío hay algo profundamente humano, aunque duela verlo”, expresó el actor fueguino, que ya había sido reconocido por su papel en Vrutos, la gran ganadora del BAFICI 25.
Filmada con un equipo técnico reducido y una estética que combina realismo y poesía visual, Rodrigo Pérez Green consigue con “El hombre de la Luna” construir una atmósfera tan delicada como perturbadora.

Rodrigo Pérez Green: “Trabajar con Rodrigo y Manuel fue un lujo. Tener el privilegio de que sea la primera película en la que trabajan juntos fue muy importante. A veces, con el trabajo y el rodaje, uno no llega a darse cuenta de lo importante que fue ese momento, incluso para ellos. Recuerdo después de la primera escena que hicieron, el abrazo que se dieron, muy emocionados. Manuel y Rodrigo tienen una conexión magnética, y Javier aporta una presencia que incomoda y conmueve. Su personaje no explica: muestra. Y en ese silencio está toda la verdad.”
El director también expresó: “Trabajar con Javier fue bastante fácil porque él interpretó desde el primer momento lo que pedía el papel y la película. Nosotros en la película trabajamos mucho sobre un verosímil que él llevó a la perfección. Construyó un enfermero que es más un ser humano que un enfermero, que es alguien que impone límites a los pacientes, pero que es un ser humano. En la pantalla ves a un trabajador de la salud de un hospital público de Argentina, antes que a un enfermero convencional de las series de hospitales de Hollywood”.
El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se celebró entre el 6 y el 16 de noviembre, y en esa gran cita del séptimo arte, Rodrigo Pérez Green encontró su lugar en la sección oficial de largometrajes argentinos, destacándose en un mar de historias que abrazan la pantalla con pasión y emoción, abriéndose paso junto a los mejores directores de Latinoamérica con nada más y nada menos que su ópera prima: El hombre de la Luna.
Para Javier Giménez Filpe, este nuevo logro representa no sólo una sólida afirmación artística, sino también una reafirmación de su talento y su pasión por la actuación, siempre al servicio de historias que desafían lo convencional y abren puertas a lo que el mundo a menudo prefiere no ver.
“Estoy muy agradecido con el Rodrigo (el director), él confió en mi trabajo desde el primer momento y me dio la libertad de poder empujar un poco más allá de lo que estaba fijado, me parece un crack meter tu ópera prima en mar del plata no lo hace cualquiera, ojala en la próxima peli me llame para seguir aprendiendo de el”.
“Uno siempre sueña con llegar, trabajar en una película protagonizada por los hermanos De la Serna es un flash, pero lo más valioso es cuando sentís que no estás solo en ese camino, cuando miras para atrás y ves que ahí estuvieron tu familia, tus amigos, tus afectos”, resumió el actor, con la serenidad de quien sigue haciendo de cada paso una reafirmación de su pasión, sin perder nunca de vista sus raíces y el lugar de donde vino, recordando siempre el propósito que lo impulsa a seguir adelante.
