Todos estamos viviendo las consecuencias de la pandemia, y de las consiguientes medidas sanitarias. Después de un 2020 donde un confinamiento desmedido fue la única herramienta a disposición para evitar la propagación y el contagio, comenzamos este 2021 con algunas expectativas puestas en la llegada de las vacunas.
USHUAIA (Por Liliana Martínez Allende*).- Todos estamos viviendo las consecuencias de la pandemia, y de las consiguientes medidas sanitarias. Después de un 2020 donde un confinamiento desmedido fue la única herramienta a disposición para evitar la propagación y el contagio, comenzamos este 2021 con algunas expectativas puestas en la llegada de las vacunas y la posibilidad de ir poco a poco logrando la inmunidad comunitaria y la apertura económica.
Para Tierra del Fuego el turismo es una de las actividades claves y sin lugar a dudas la más afectada. Entre 2019 y 2020 unas 16 mil personas vivían de esta actividad directa o indirectamente, es decir que unas 16 mil familias están viviendo en la incertidumbre de la continuidad laboral.
El Progreso destinado al turismo, o la floja temporada de verano, no logran paliar la crisis, a la que los empresarios locales están poniendo el hombro desde hace ya un año y medio.
Frente a un nuevo confinamiento nacional (y la posibilidad cierta que se repitan de manera intermitente), y con una campaña de vacunación que se demora, urge presentar una planificación sanitaria para una temporada de invierno. Recordemos que hay hoteles que van a cumplir 15 meses cerrados, y la mayoría que trabaja con un aforo del 20%.
Hoteleros, gastronómicos, transportistas, deberán ser alcanzados no sólo por subsidios y planes de créditos blandos, o exenciones impositivas. Junto a este paquete de ayudas, se debería evaluar seriamente, la creación de un pasaporte sanitario.
Aprovechando la condición insular, Tierra del Fuego podría recibir turismo nacional e internacional para aquellas personas que ya fueron vacunadas con el cronograma completo de algunas de las vacunas que ya fueron aprobadas por ANMAT y presentando además un PCR negativo.
Habilitando la llegada de vuelos o de embarcaciones de manera directa para que puedan mantenerse las burbujas. Los turistas deberían ser recibidos por personal que también haya completado su proceso de inmunización, personal que además debería ser testeado regularmente. En este último punto sería muy lógico utilizar los test rápidos que ya se están fabricando en el Laboratorio del Fin del Mundo.
Son momentos difíciles y se requiere del máximo esfuerzo desde el Estado para no permitir que se siga deteriorando la economía, porque frente a los crecientes niveles de desempleo inevitablemente habrá mayor desigualdad y pobreza.
(*)Legisladora Provincial del bloque de la Unión Cívica Radical