Morir en pandemia

Alejandro es uno de los hijos de Nancy Vargas. La mujer murió el 11 de septiembre en la clínica CEMeP, con una patología irreversible y con COVID-19. La familia, denunció a PAMI, y otras instituciones por el trato que recibió la mujer durante sus últimas semanas de vida.

Nancy Vargas, la mujer que falleció el 11 de septiembre en el CEMeP.

RIO GRANDE.- El 11 de septiembre falleció Nancy Graciela Vargas, con una condición irreversible de base, y siendo un caso de COVID-19. Su familia, que intentó conseguir durante hace meses una cama en alguno de los centros médicos de la provincia. No sólo se ignoró la urgencia del pedido, sino que, Nancy falleció una cama del CEMeP, y además contagiada de coronavirus.

Alejandro Rolando, uno de los hijos de Nancy, relató en las redes sociales el periplo vivido para conseguir una cama de internación para su madre convaleciente. Tanto PAMI, como otras instituciones, fueron denunciadas en un relato lleno de angustia.

“Te amo mamá. Perdón por no poder hacer nada, solo quise darte un poco de dignidad a pesar de tu enfermedad”, lamentó el joven.

Desde abril, a Nancy le habían dado el diagnóstico de colagiocarcinoma, un raro tipo de cáncer en condición avanzada. Después de una serie de 6 quimioterapias sin buenos resultados, debía seguir un tratamiento un poco más invasivo. En septiembre, comenzaría la segunda ronda de quimioterapia, pero fue suspendida por su estado de salud. En cuestión de meses, el carcinoma había crecido mucho, la situación de Nancy era irreversible. A la terrible noticia se sumó la misión imposible de conseguir una cama para que Nancy realizara una convalecencia digna.

No hay camas

Hace tres semanas, en el peor momento epidemiológico de la ciudad de Río Grande, la familia de Nancy comenzó a buscar una cama para que la mantuvieran medicada y atendida. No hubo manera. Tanto en el Hospital, como en el CEMeP se negaban a recibirla.

“Yo fui a todos lados tratando de conseguir cama. Hace dos semanas que mi madre se levantó con trombosis, me desesperé y salí en una radio, hice una publicación de Facebook. Insistí, a ver si desde Gobierno me daban alguna respuesta. Yo la llevaba al CEMeP, y en el CEMeP no me la recibían, por ser paciente del Hospital. En el Hospital no la recibían porque no había camas. Su propio oncólogo intercedió con las autoridades del CEMeP, pero tampoco tuvo éxito”, relató Alejandro Rolando, hijo de Nancy.

Junto con las atenciones médicas que seguía recibiendo Nancy, por buena voluntad de su doctor, la familia siguió buscando opciones, entre ellas la derivación a Ushuaia donde la situación epidemiológica estaba mejor: “Mandé un email al COE para intentar una derivación a Ushuaia. Me decían que tenían que hacer el hisopado para derivarla. Me ofrecí a pagarlo, aunque me endeudara. Nunca tuve respuesta”, expresó Alejandro.

Y agregó: “El oncólogo, lo único que pudo ofrecerme fue su compromiso de atenderla en el Hospital día por medio. Él se comprometió a que la atendieran, le daban hasta una merienda, aunque mi mamá casi ni comía. Así que la llevaba a la guardia del Hospital día por medio. Ahí en el Hospital ¡vi cada cosa!. Y mi mamá mientras, seguía cada vez peor, era algo inhumano. Ella, había bajado más de 40 kilos en los últimos meses”.

Descartada la posibilidad de internarla en Río Grande, y de derivarla, la familia comenzó a pedir el acceso a una internación domiciliaria a través de PAMI: “La obra social PAMI me negó el módulo integral de alta complejidad por dos cuestiones. En teoría mi mamá recibía un subsidio del estado que no existió nunca. La otra razón era que no se justificaba según planilla ni historia clínica. El único requisito que no cumplía era ser mayor de 75 años, tenía 61”, explicó Alejandro.

Hecho el reclamo, la espera por una respuesta, tardó más de dos días aunque según informó Alejandro desde el día viernes 4 de septiembre, PAMI estaba al tanto de la situación crítica de la mujer: “Me llamaron recién cuando concurrí al PAMI después de un enojo, y hasta amenazas que no me enorgullecen. El día lunes 7 de septiembre por la tarde y según la mujer que me llamó, me autorizaban a modo de excepción la internación domiciliaria de alta complejidad, es decir que me estaba haciendo un favor. Yo no lo podía creer”, relató.

La imagen del post de su hijo Alejandro, que adjuntó además fotos de los diferentes documentos que comprueban su relato.

Finalmente, Nancy falleció a los días de ser internada en el CEMeP: “Tuve que mentir, para que la admitieran a mi madre. Cuando quisieron sacarle sangre, no podían, de lo deshidratada que estaba. Me dijeron ahí, ‘tu mamá está grave’, casi me acusan de un abandono de persona por la condición en la que estaba, y nosotros hacía semanas que estábamos buscando un lugar para que la atiendan”, comentó.

Al final indigno para Nancy, se sumaron otras irregularidades: Desde la entrega de una silla de ruedas sucia y sin desinfectar; la negativa a cubrir la realización de estudios médicos por parte de PAMI, la falta de elementos necesarios para la paciente, errores administrativos, y otros. La familia, se vio en la situación de tener que presentar un recurso de amparo, pero fue demasiado tarde.

El 9 de septiembre, llevaron de urgencia a Nancy al CEMeP. Ésa tarde, se había confirmado que el subsidio de PAMI nunca había existido, como afirmaba la familia: “La internación domiciliaria nunca se llevó a cabo, ya que a mi mamá la llevamos al CEMEP en grave estado y mintiendo que no era paciente del hospital, para que la admitan. El 11 de septiembre, me encuentro que en el parte de salud se afirma que falleció una mujer de 61 años en el Hospital de Río Grande. Me parece o este gobierno hasta en los partes diarios miente. Mi hermana Grace Vargas estuvo en el CEMEP hasta la muerte de mi mamá, aislada con ella. Esperando el resultado del hisopado”, denunció el joven indignado.

En sus últimos días, aunque débil, Nancy estaba plenamente consciente de la situación. Alejandro finalizó: “Mi mamá nos escuchaba hablar, en el momento en que nosotros estábamos pensando en presentar un recurso de amparo. Me senté con mi hermano a hablar, y decidimos dejar pasar dos días. En ese momento me llamó mi mamá, y me dijo, ‘presentá el amparo Alejandro, no quiero estar más acá. Sino me voy a morir acá. Y bueno, se terminó muriendo.

Hasta en el parte donde se informaba su fallecimiento, mintieron, dijeron que falleció en el hospital, y fue en el CEMeP”.