Macarena, toda una vida como estudiante de escuela rural

Pioneros Fueguinos es una escuela que queda a 50 km de Río Grande, en la Estancia Sara. En ella cursan nueve estudiantes desde nivel inicial hasta secundario. Es, además, la primera vez que una estudiante completará su escolaridad íntegramente dentro de esta modalidad.
RÍO GRANDE.- La Escuela Rural N°11 “Pioneros Fueguinos”, de Estancia Sara, abre sus puertas a las 8 de la mañana cada día. Sea de sol, de niebla, viento o nieve. A 50 km de la ciudad, un grupo de estudiantes rurales encuentra en este espacio mucho más que los contenidos de los programas escolares.

Una de sus estudiantes es Macarena, de 16 años, que cursa el 4to año de la Escuela Secundaria Obligatoria en Pioneros Fueguinos. Desde los 5 años es alumna de la escuela y hoy, es la primera estudiante que completará su trayecto escolar enteramente dentro del ámbito rural.

Lo que es realmente de destacar de Macarena -comenta Blancanieves Torrecilla, directora del establecimiento- es la dignidad de venir a la escuela todos los días. A veces en soledad. Otras veces compartiendo con los nenes más chiquitos, no teniendo un grupo de pares de su edad, muchas veces oficiando de hermana mayor o ayudándonos a recortar, a armar videos para un acto. Poniéndose, casi como colega nuestra”.

En la escuela son tres: Blancanieves; Silvana, maestra de inicial, y Silvina, que además de trabajar como P.O.M.y S. es exalumna del colegio. Ellas, y los docentes itinerantes se encargan del grupo de nueve estudiantes. Dos en nivel inicial, cuatro en primaria y tres en secundaria.

Desarrollan sus clases en tres aulas, en las que se agrupan por niveles y trabajan como un plurigrado.

Desde hace cuatro años, además de una sala de inicial y de primaria, la escuela cuenta con un aula para nivel secundario. Allí acude Macarena. Cada día, a las 8 de la mañana, al llegar, junto con la directora, abren la tranquera, encienden las luces y preparan las mismas aulas que ella va a usar para estudiar. Ponen agua para el mate, y esperan a los profesores.

Ella vive en un puesto de la Estancia Marina, a 10 km de la escuela. Es una adolescente sonriente, que en sus propias palabras, ama ir cada día a la escuela: “Mi papá se llama Juan Miguel, y tiene más o menos 23 años haciendo ese trabajo. Tengo un hermano más grande, pero está viviendo en el pueblo. Él vino igual acá a la escuela, pero hasta los 15 años”, cuenta Macarena.

Y asegura: “Me gusta estudiar. Mis materias favoritas son Inglés y Lengua. Pero lo que más me gusta es venir y encontrarlos a todos acá, porque es como una familia. Porque nos conocemos hace tanto tiempo ya, cómo todos somos muy unidos con los compañeros, y con los profes igual”.

Macarena ve cada día cómo sus maestras llevan adelante la escuela, un poco a solas, y asegura que eso también es una de las cosas que ha despertado admiración. “Me gusta mucho leer -dice la joven- ahora en Lengua estamos leyendo mitología. También cuentos de ciencia ficción. Leo los que me trae la profe o me llevo libros de los que llegan a la biblioteca. Me gusta leer novelas también. Como Crespúsculo, que es una saga, y ahora estoy empezando ‘Yo antes de ti’, que esa me la compré yo. Me encantan los animales, y primero cuando era chica quería ser veterinaria, pero me gustó más lo que es maestra de primaria”.

Para la escuela, a partir de Macarena, también se crearon otras necesidades, y surgieron nuevas posibilidades: “Antes, hablábamos con Macarena, como ella era la más grande del grupo y le planteamos que estábamos viendo la posibilidad de que pueda cursar también el secundario. Y ya cuando pensamos en el secundario también pensamos en la posibilidad de que ella pueda seguir estudios superiores, comenta Torrecilla.
‘Yo quiero ser maestra’

Fue ahí cuando Maca planteó a sus profes y tutora que ella quería seguir estudiando para ser maestra. Y además maestra de escuela rural.

“Nosotros felices porque de alguna manera el espejo que ella tiene son los maestros que ella ha tenido acá”, comenta la Directora.

Y agrega: “Maca de alguna manera fue transitando la escolaridad, primero con el maestro Castillo cuando esto era el albergue, después estuvo la maestra Silvana, cuando ya se transformó en una escuela de jornada completa. Y después vine yo como directora”.

Hoy para sus docente que la vieron crecer a través de los años, como estudiante y como una joven, Macarena es una de las grandes satisfacciones de la escuela.

“Hoy me encuentro con una Macarena adulta, que me dice ‘seño, yo en cualquier momento saco el carnet’, o que la veo que viene hasta la tranquera manejando, y deja el auto… entonces uno ya la ve grande, con otras necesidades, otras preguntas. Es la única mujer dentro de la adolescencia.

Y es la primera estudiante que está haciendo todo su trayecto escolar dentro de esta escuela. Que empezó en nivel inicial y será la primera egresada que hace los tres niveles dentro de la modalidad rural”, comenta orgullosa Torrecilla.

Cursar el Jardín, la Primaria y la Secundaria en una escuela rural tiene sus ventajas y algunas carencias. Por ejemplo, Maca no tiene todos los días un grupo de pares, con los cuales compartir gustos y cosas típicas de la edad.

Por otro lado, ella tiene la ventaja de tener profesores por muchas horas durante el día, y trabajando de una forma personalizada. Además, en sus propias palabras, ella sabe que está aprendiendo, más allá de la misma rutina.

“Aprendemos con los profesores de secundario, con los chicos de primaria, del jardín”, comenta. “Hacemos muchísimos trabajos entre los tres niveles -comenta Silvana, su tutora-. Comparte con los compañeros que tiene y puede hacer trabajos en grupo. Tiene mucho beneficio al poder estar uno a uno con el profesor, siempre que los profesores aprovechen esa oportunidad”

Actualmente, además, la escuela pudo implementar el trabajo virtual. Trabajan en algunas materias con plataforma educativa: “Tanto Macarena como Leandro o Gustavo que son los más grandecitos, ya comenzaron a trabajar con los mismos profesores en foros dentro de una plataforma educativa del Ministerio de Educación. Lo que queremos es que empiecen a ensayar dentro de las mismas áreas que están cursando. Escribir ensayo, usar juegos educativos, donde el profesor le pueda dar una tarea, o puedan debatir, porque todos tienen Internet en las estancias en las que viven. Lo que no tienen es la posibilidad de ir a la ciudad”, explica Torrecilla.

La docente además asegura que el objetivo de estas actividades es ayudar a que los estudiantes ganen confianza ante la posibilidad de estudiar una carrera de nivel superior a través de Internet. Las docentes aseguran que adquiriendo estas herramientas en el secundario, ellos deberían poder acceder a estudiar como cualquier otro joven y preocuparse solamente por elegir qué estudiar: “Queremos que ellos puedan elegir la universidad y la carrera dentro de las que tengan oferta a través de Internet, estudiar en la estancia donde estén. Darles esas herramientas, tan importantes hoy”, expresa Torrecilla.

Macarena en tanto, reitera y asegura que está decidida: “Me gustan mucho los niños. Me gustaría cuando sea grande ser maestra de esta escuela. Me gustaría estudiar y ser maestra rural”. Y agrega, sonriendo: “Acá en la escuela aprendimos a compartir y trabajar en equipo, y que haciendo las cosas en grupo sale mejor, cuando podemos trabajar todos juntos”.

Macarena durante la clase de Lenguaje Artístico y después de clase, en plena merienda.
Macarena durante la clase de Lenguaje Artístico y después de clase, en plena merienda.

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