MADRID.- En la quinta jornada de la Vuelta la escapada triunfó. El recorrido de hoy será de media montaña con un trazado largo (sobrepasa los 200 kilómetros y tiene cinco puertos de montaña). Lo escarpado y complicado del terreno puede animar a los aventureros a formar una fuga amplia, ya que el terreno quebrado podría dar pie a ello. Habrá que ver la chanza que deja el Sky, ya que una fuga con muchos minutos podría robarle el maillot rojo a Froome.
Además, los equipos de los hombres rápidos podrían apostar también por el control y esperar que los sprinters que mejor pasan las dificultades montañosas puedan tener su opción. El último puerto está a 40 kilómetros de meta, por lo que no sería descabellada esa opción. Son cinco puertos, pero tres son de tercera y sólo el último, Puerto del Garbí, es de segunda categoría.
El ciclista Alexey Lutsenko (Astana) ha ganado este miércoles la quinta etapa de la Vuelta a España, disputada entre Benicàssim y Alcossebre sobre 175,7 kilómetros, al ser el más fuerte de una nutrida fuga de 17 corredores y llegar en solitario a la Ermita de Santa Lucía (3ª), mientras que en la general el líder Chris Froome (Sky) aguantó bien el ataque final de un recuperado Alberto Contador (Trek) y refuerza su maillot rojo.
Lutsenko, que ha logrado su décimo triunfo como profesional con 24 años y su primera victoria de etapa en lo que va de año, descolgó a Marco Haller (Katusha-Alpecin) en las primeras rampas de la subida a la Ermita de Santa Lucía, un corto puerto de 3,4 kilómetros con rampas medias del 10% y tramos exigentes de casi el 20%, y no dio margen al resto de fugados que venían por detrás.