Los secretos del Beagle llegan a la TV

La vida marina podrá ser vista en PakaPaka.

 

Tres amigos aficionados al buceo y la fotografía, que por placer exploran las profundidades de las costas de Ushuaia, lograron recopilar una impresionante cantidad de imágenes de la fauna marina del canal Beagle durante los últimos cinco años. Su curiosidad logró interesar a la comunidad científica de la isla y lo que comenzó siendo sólo un hobby, se convirtió en una serie de TV de 13 capítulos denominada “Misterios Submarinos del Fin del Mundo”, que comenzará a emitirse esta semana por la televisión abierta.

 

USHUAIA (Por Emilse Cecchi).- Augusto de Camillis, Félix Zampelunghe y Mariano Rodríguez son amigos. Comparten el gusto por la fotografía y el buceo y cuando se lo permiten sus actividades, se internan en las costas de Ushuaia para tomar imágenes del fondo del mar y el increíble mundo que lo habita. Son integrantes del proyecto Beagle Secretos del Mar e inspiradores del programa de divulgación científica dirigido al público infantil Misterios Submarinos del Fin del Mundo, una producción de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego (UNTDF) para el Canal Pakapaka que comenzará a emitirse el jueves próximo a las 12:30.

El programa de TV surgió luego de una invitación que la UNTDF les hizo hace tres años, a través de la Dirección de Proyectos Audiovisuales, para compartir imágenes del fondo marino. “Ellos estaban haciendo una serie para Encuentro que se llamaba Diario de Ciencias, en el cual hablaban sobre peces del canal Beagle. Necesitaban imágenes de soporte para ese capítulo” nos explica Mariano Rodríguez. “Nos contactan a través del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) con quienes teníamos un vínculo previo. Como ya contábamos con un importante banco de imágenes, les dijimos que queríamos realizar algún proyecto para Encuentro o Pakapaka de tipo documental. Marian, la directora del proyecto, se comunicó con Pakapaka, les mostró algunos trailers de lo que hacíamos nosotros y como les gustó, les pidieron a la gente de la Universidad que armara el proyecto”.

Escribir el guión demandó más de un año. “La gente de la universidad se ocupó de ese trabajo, nos contactó, se escribieron los capítulos, el canal hizo las revisiones pertinentes y el 20 de abril del año pasado iniciamos la grabación en Ushuaia que concluyó en dos meses”. Luego hubo un trabajo de postproducción del programa, retoque de color, de audio, imagen que lo hizo la universidad con gente local para culminar con el estreno de la próxima semana.

La propuesta se convirtió en un nuevo desafío para los tres amigos, quienes durante la serie, además de bucear, también tuvieron que actuar. “Fue muy divertido y muy interesante para nosotros, tuvimos que seguir un guión. En el programa, nos encontramos con Lola, la protagonista y a partir de ahí, ella se interesa en el tema del buceo y los animales. A lo largo del programa va conociendo a distintos personajes de Tierra del Fuego principalmente biólogos y científicos de la universidad y el CADIC con los que va teniendo distintas salidas e interacciones. A nosotros, ella nos va desafiando a encontrar las distintas especies o distintos animales para poder conocerlas y mostrárselas a los chicos”.

Interés científico

Augusto trabaja en el Banco de Tierra del Fuego, Félix en Newsan y Mariano es profesor de Educación Física en jardines y escuelas primarias de Ushuaia. Para ellos, la experiencia de mostrar lo que pueden ver cuando bucean, es un placer. “No está bueno que podamos verlo sólo nosotros o nuestras amistades. Tenemos mucho material de nuestras inmersiones a lo largo del año, desde enero a diciembre. Y qué mejor que mostrarlo a través de Pakapaka que es una señal abierta, dirigida a un público infantil. Los chicos son la clave para producir cambios de conducta, con el conocimiento de lo que hay en el mar y con el cuidado del ambiente en general”.

La generosidad del grupo es destacable, ya que nada hubiera sido posible sin ese ánimo de compartir, especialmente con la comunidad científica. “Al principio, además de nuestra propia satisfacción, empezamos a ver que lo que hacíamos gustaba y además interesaba a los científicos, porque había una realidad: sacábamos fotos a un bicho que no sabíamos qué era y tuvimos la necesidad de recurrir a los biólogos del CADIC para que nos dieran información. Nos encontramos con la sorpresa de que había casos en que no podían darnos una respuesta porque hay muy pocos especialistas en el país relacionados con el mar, con la vida submarina”.

A diferencia de los científicos, cuando Mariano, Félix y Augusto se internan en el mar a bucear, lo hacen siempre con cámaras para registrar todo lo que ven y esas imágenes pueden ser compartidas con los biólogos para su investigación. “Esa interacción que se dio entre nosotros los buzos que tomamos imágenes y los biólogos que son los que saben y nos pueden orientar, es súper interesante y fue lo que nos permitió aprender un montón, tanto a nosotros como a ellos, de lo que va apareciendo. De hecho, hay un montón de especies de las que tenemos registro que todavía no se han podido identificar, ni por los biólogos de acá, ni por los del resto del país con los cuales tenemos un trato bastante fluido y eso es súper bueno, porque demuestra que hay mucho para investigar y para conocer”.

Un desafío cada vez

Mariano destaca el sentimiento que los lleva a regresar al mar cada día. “Para nosotros, el mejor buceo es el que viene, porque cada vez que vamos a tirarnos al agua sentimos la emoción y la curiosidad de saber qué aparecerá hoy. Sin ir más lejos, el domingo pasado estuvimos buceando en el canal, en las islas Bridges y cuando salimos de bucear y nos subimos al gomón, el capitán nos dijo si habíamos visto las ballenas. No las vimos buceando, pero después pudimos ver a muy poquitos metros del gomón, a dos ballenas yubarta del tamaño de un colectivo de larga distancia. Fue impresionante, y de las experiencias más increíbles que tuvimos”.