Los alimentos que provocan intoxicaciones

RÍO GRANDE.- Si bien es cierto que si se toman las medidas sanitarias e higiénicas pertinentes está prácticamente garantizado mantenernos a salvo de cualquier intoxicación alimentaria, también lo es que hay que ser especialmente cuidadosos con algunos alimentos.

Pollo, huevo, pescado y mariscos son algunos de los más susceptibles de provocar intoxicaciones, de manera que conviene tratarlos con especial cuidado, mantenerlos constantemente refrigerados y evitar malos hábitos como descongelar a temperatura ambiente. Cabe destacar que el riesgo de intoxicación es mayor cuando las temperaturas son más altas, porque las bacterias sobreviven mucho mejor, por lo que conviene ser especialmente precavidos en épocas de calor.
La nutricionista María Merino recomienda tener especial precaución con mayonesas y otras salsas con huevo, e insiste en que “no hay que lavarlos, ya que la cáscara es porosa y lo retiene todo”. Del mismo modo, es conveniente tener especial cuidado a la hora de romperlos, evitando que el alimento entre en contacto con la cáscara.
Merino recomienda refrigerarlos siempre en casa, pese a que en el supermercado no lo estén, y en el caso de mayonesas y salsas caseras prepararlas para comer en el momento, y procurar no conservarlas. Tampoco es conveniente dejar la mayonesa o cualquier otra salsa elaborada con huevo sobre la mesa a temperatura ambiente (como esa ensalada rusa que queda en el centro por si alguien quiere repetir), y hay que guardarlas siempre en la heladera una vez servidas. Esta regla se aplica también a las tortillas de papa que se elaboran con el huevo poco cuajado, las cuales deberían permanecer siempre refrigeradas.
Pescado. Merino insiste en que es importante comprar el pescado en un establecimiento de confianza y prescindir de aquellos no autorizados. La nutricionista insta a asegurarnos que los pescados estén convenientemente limpios, sin vísceras y completamente cocinados.
Mariscos. Los moluscos de concha son especialmente peligrosos, de manera que es fundamental “no adquirirlos en lugares que no cumplen con la normativa sanitaria”, señala la nutricionista, ya que es fundamental que hayan sido recogidos en zonas seguras.
Pollo. De entre las carnes, la que entraña mayores riesgos de intoxicación es el pollo, que no debe comerse crudo bajo ningún concepto. Para consumirlo, es fundamental conservarlo siempre en la heladera (y no descongelarlo nunca a temperatura ambiente, sino dentro del heladera) y cocinarlo por completo. Algunas bacterias asociadas a la carne de pollo son la salmonella o el estafilococo, entre otras, que se desarrollan a partir de unos 37º.
Es importante también evitar la contaminación cruzada por cubiertos y tablas, y tener las mismas precauciones con hamburguesas o salchichas de pollo, las cuales conviene cocinar por completo.
Carnes crudas. Tanto en el caso del pollo como en el del resto de carnes, Merino recomienda “ser muy precavidos escogiendo el lugar en el que compramos y ser escrupulosos con la higiene a la hora de manipular y cocinar la carne”, especialmente en el caso de tartas y otras elaboraciones con carne cruda.