Las infecciones oculares más frecuentes

Las infecciones oculares son provocadas por bacterias, virus, hongos o parásitos que pueden invadir el ojo o la zona peculiar. La Dra. Valeria El Haj, directora Médica Nacional de OSPEDYC, desarrolla cuáles son las infecciones más frecuentes y explica cómo se pueden prevenir.

BUENOS AIRES.- Las infecciones oculares tienen lugar cuando microorganismos dañinos invaden cualquier parte del globo ocular o un área adyacente. Puede ser unilateral (afecta un ojo), o bilateral (cuando afecta ambos ojos). Otras condiciones previas como: alergia, ojo seco o lentes de contacto pueden facilitar la aparición de infecciones oculares. Si la misma afecta a todo el ojo se llama panoftalmitis, generalmente postquirúrgicas y raras. Las infecciones oculares más frecuentes son: conjuntivitis, queratitis, orzuelo y blefaritis.

Conjuntivitis

La conjuntivitis es la infección de una o ambas conjuntivas (la parte interna del párpado). Es una infección ocular muy común, y según cual es el germen puede ser viral, bacteriana o rara vez micótica. Los síntomas que provoca la conjuntivitis pueden ser enrojecimiento o inflamación ocular, lagrimeo, sensibilidad a la luz, secreciones blancas, amarillentas o verdosas en pestañas, picazón, sensación de cuerpo extraño, lagañas y costras matinales e incluso dolor o dificultad en la visión.

“La conjuntivitis es muy contagiosa, especialmente la bacteriana (la más habitual en niños). Por ello, es muy importante tomar una serie de medidas para evitar contagiar la conjuntivitis al resto de la familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.”, explica la Dra. Valeria El Haj, directora Médica Nacional de OSPEDYC.

A su vez, la Directora Médica Nacional de OSPEDYC desarrolla una serie de factores de prevención para evitar contagiar la conjuntivitis:

-Lavarse las manos frecuentemente con agua tibia y jabón o usar limpiadores para manos con alcohol. A su vez, lavarse las manos después de aplicar gotas o pomada para los ojos o lavarlos.

-Evitar tocarse los ojos y la cara, en especial en viaje, luego de tocar objetos que están en contacto con muchas personas (pasamanos).

-No usar lentes de contacto o cumplir las normas de su uso.

-Limpiar las secreciones oculares con un pañuelo para cada ojo, varias veces al día (lavar las manos antes y después).

-No compartir y lavar frecuentemente fundas, sábanas, pañuelos, toallas, cosméticos y anteojos, con agua caliente y detergente; y enjuágate las manos después de tocar estos artículos.

-No hacer baños de inmersión.

Queratitis infecciosa

La queratitis es una infección en la córnea (parte transparente anterior del ojo) que actúa como la primera lente por la que entra la luz y la imagen al interior del globo ocular. La queratitis superficial afecta la parte más externa, en cambio, la queratitis ulcerativa es más grave y afecta a capas profundas del ojo, las cuales pueden provocar consecuencias para la visión. Los síntomas de queratitis más habituales pueden ser: dolor agudo ocular, dificultad para parpadear, picazón, ojos rojos sin dolor, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo excesivo, fotofobia (rechazo a la luz) y/o visión borrosa.

La profesional de OSPEDYC sostiene que: “es importante acudir al especialista en oftalmología ante síntomas de queratitis para poder realizar un diagnóstico y tratamiento rápido, evitando sufrir complicaciones, queratitis virales crónicas, cicatrización de la córnea, úlceras corneales, disminución temporal o permanente de la visión o, incluso, ceguera”.

Asimismo, la Dra. Valeria El Haj, desarrolla una serie de medidas para prevenir este tipo de patología que son: higiene ocular, uso de lágrimas artificiales y tratamiento del ojo seco, evitar úlceras de córnea por cosmética o contacto con químicos, eludir bañarse en aguas contaminadas y usar anteojos de sol.

Orzuelo

El orzuelo es un bulto rojo que se produce en la parte externa y borde del párpado por infección de una glándula sebácea o folículo piloso de las pestañas, similar a un forúnculo con dolor e hinchazón de la zona y lagrimeo. Es muy similar al chalazión, que se forma por una obstrucción e infección de una glándula sebáceas del borde interno del párpado. El orzuelo en general duele, pero el chalazión no suele ser doloroso.

El tratamiento para ambas afecciones es similar. En la mayoría de los casos, ambos desaparecen solos y se puede aliviar el dolor del orzuelo con paños tibios sobre el párpado y con el ojo cerrado varias veces al día. Consulta con un especialista si el orzuelo no mejora en 48 horas, si se enrojece y se hincha todo el párpado (blefaritis) o se propagan a la mejilla u otras partes de la piel de la cara (celulitis).

Respecto a los factores de prevención, es importante, lavarse las manos con agua tibia y jabón, usar desinfectante con alcohol varias veces al día, no tocarse los ojos, desechar los cosméticos viejos, no compartir cosméticos con otras personas, antes de dormir quitarse el maquillaje de los ojos y mantener las normas de uso de lentes de contacto.

Blefaritis

La blefaritis es la infección del párpado, la parte externa del ojo y es la que hace que los párpados se inflamen. Puede causar costras en las pestañas parecidas a la caspa, y ser molesta, pero en general no provoca ningún daño permanente en los ojos. Asimismo, algunos de los síntomas de la blefaritis pueden ser: sensación de cuerpo extraño, ardor o escozor, lagrimeo, rechazo a la luz, párpados totalmente enrojecidos e hinchados en toda su superficie, pestañas con costras, pérdida de pestañas y visión borrosa.

“La blefaritis se produce por sobrecrecimiento bacteriano o de otros gérmenes e infección de los párpados, más frecuente en los bordes libres, con una piel con exceso graso y con las glándulas sebáceas que se obstruyen o irritan”, explica El Haj.

La blefaritis puede causar orzuelo, chalazión, ojo seco. En casos graves, puede producir úlceras de córnea y ojo rojo crónico. Por ello, la forma de prevenir y tratar la blefaritis es mantener los párpados limpios y sin costras. Se debe tratar la rosácea o la caspa, que puede estar causando la blefaritis. La misma puede no desaparecer o retornar, por ello, se deberán limpiar los párpados siempre para tenerla bajo control.

“Los ojos son muy sensibles y hasta el más leve síntoma puede resultar muy molesto e incluso puede derivar en una patología ocular de mayor gravedad. Por esta razón, es fundamental realizar revisiones periódicas oftalmológicas a fin de prevenir y detectar a tiempo los problemas de visión y evitar así que los mismos se agraven”, finaliza la Directora Médica Nacional de OSPEDYC.

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