Federer dejó en el camino a Kyrgios

NUEVA YORK (AFP).- El suizo Roger Federer (N.2) triunfó ayer sobre el australiano Nick Kyrgios (N.30) en un duelo de estilos, de maneras de entender la vida y el tenis: el “rey” de la competición acabó con el “enfant terrible” del circuito y avanzó a octavos del Abierto de Estados Unidos con un posible duelo ante Novak Djokovic en cuartos.

Federer, “caballero” y cinco veces coronado en la competición, aplastó en tres sets al talentoso e indomable Kyrgios, perfecto anti-héroe que destaca por sus grandes habilidades sin pulir y su carácter incorregible.

El suizo de los 20 títulos de Grand Slam, uno de los tenistas más exitosos de todos los tiempos, no quiso bromas ante el oceánico, cómodo en la discusión y las polémicas, y acabó con él en una hora y 45 minutos por 6-4, 6-1, 7-5.

Kyrgios incluso dio espacio para la admiración. “Es el tiro más increíble que he visto”, aseguró boquiabierto cuando su rival llegó “in extremis” a una pelota corta y esquinada, que consiguió volver a meter en la pista desde el lateral de la red.

Ni siquiera Federer se lo creía: “Es una cuestión de suerte pero también de piernas rápidas”, bromeó.

Fue el único momento que el partido se salió del guión marcado por el suizo, que evitó cualquier conato de confrontación centrándose en su juego y en su plan: ser agresivo con su servicio, mover a su contrincante y no pensar en nada que no tuviera a la pelota como protagonista.

Así, salvó cuatro bolas de quiebre al final de la primera manga y, en cuanto notó a Kyrgios frustrado, no perdonó, rompiéndolo su servicio a continuación y adjudicándose el primer set (6-4).

El segundo le resultó mucho más sencillo: el australiano seguía dándole vueltas a las oportunidades perdidas y el suizo no perdió la oportunidad de subir el 2-0 en el casillero de sets 25 minutos después por 6-1.

Con más de la mitad del camino recorrido por Federer, y tras su “tiro más increíble”, Kyrgios volvió a hacer de las suyas con 5-5 y 40-15 a favor con varios errores no forzados que le costaron definitivamente el partido.