“En menos de diez años, hubo una ocupación de tres mil lotes en la Margen Sur”

En total, más de tres mil parcelas fueron ocupadas y se formaron más de 10 barrios en la Margen Sur.
2018, y la zona de la Margen Sur, continúa creciendo. Sobre el antiguo chorrillo del Río Grande, la urbanización sigue avanzando.
La foto satelital muestra el caso viejo, con los barrios Austral y Ecológico, lo demás, casi deshabitado y surcado por varios chorrillos del río.


No hay dudas: desde 2006 a esta parte, la zona de la Margen Sur es la que más rápidamente creció habitantes, en todo Río Grande. También es cierto, que la mayoría de los asentamientos en esos años, fueron informales; en terrenos sin mensura, sin servicios y con varias particularidades geográficas. El Sureño, conversó con el IPV acerca de los barrios 10 de Noviembre y El Milagro, dos de los más conflictivos en la zona.

RIO GRANDE.- La urbanización en el barrio 10 de Noviembre, es una de las últimas. Los lotes que la componen son de los más bajos e inundables. El año pasado, a finales de septiembre el IPV se hizo cargo de las obras de infraestructura que incluyen la red cloacal, la conexión al servicio de agua potable, y los cordones cuneta con el enripiado de las calles.

En las últimas semanas, el barro, el hielo, y grandes charcos de agua, hacen que ingresar y transitar el barrio, sea casi imposible. Esto acarrea dificultades, en el acceso al agua que llega con un camión cisterna, y al gas envasado; ya que el mínimo peso de estos vehículos, los hace quedarse atascados en el terreno.

Joel Coli, delegado del IPV, aseguró que desde varias áreas de Gobierno de la provincia se está trabajando para garantizar la transitabilidad, con maquinarias tanto para quitar el hielo, como camiones para extraer el agua: “Eso se finaliza cuando esté terminada la obra. Que estén interconectados los pluviales, con los los cordones cuneta, y los niveles de desagüe y todo. Pero la vedad es que hubo por lo menos dos semanas, en las que no se podía trabajar ni con los camiones en la zona”, dijo.

Las complicaciones

El final de esta obra está previsto para septiembre de este año: “Muchos de los problemas que hay también tienen que ver con los pozos, que se rebalsaban, y se llenaban de agua los patios, que una vez que estén las cloacas también, se tiene que solucionar”, detalló Coli.

La veda: “la verdad que las condiciones climáticas de invierno, no son las del año pasado. La obra previó, que como venían los inviernos en años anteriores, se iba a poder trabajar en algunas cuestiones, aún con la veda. Pero este año, que está congelando tanto es muy complicado”, admitió el funcionario. Y agregó: “La fecha de finalización, en realidad, era en junio, pero se tuvo que pedir una prórroga, por el invierno que tenemos”.

Laura Montes, arquitecta del IPV a cargo de la obra explicó que, desde el principio, los trabajos en los lotes que abarca este barrio son muy peculiares. Si bien esos terrenos eran del IPV, correspondían a un sector que se ocupó después de que se proyectaron las obras de regularización de servicios en los barrios Mirador y Argentino: “Como quedaron esos dos barrios que son más chiquitos, el IPV que normalmente hace viviendas en barrios ya urbanizados, gestionó solamente obras de infraestructura, que es bastante poco común para nosotros. En este caso se juntaron obras de infraestructura como son las redes, y el cordón cuneta”, dijo Montes.

A esto se sumó el hecho de que los barrios 10 de Noviembre y El Milagro, se asentaron en zonas anegables, con napas de agua que fluctúan constantemente: “Esa zona, era un chorrillo del Río Grande. Es un sector bajo. El sector donde están implantados esos barrios es problemático, porque nosotros así saquemos 20 o 30 centímetros tierra en lo que son las calles, para enripiar, cuando se congela, suben las napas. Al ser un barrio que ya está ocupado por gente, las obras y todo lo que significa estar trabajando con máquinas y esperar para poder trabajar en la intemperie, genera todo este problema: calles cerradas, tener que esperar que haya viento para que se oree en caso de hacer una apertura; y si cambia el clima, sube el agua y no se puede seguir trabajando otra vez”, detalló la arquitecta.

Montes usó como ejemplo, los barrios aledaños, en los que al agua se escurre mucho más rápido, y admitió que aún con las obras terminadas, es probable que haya que seguir trabajando en los terrenos de los vecinos: “cuando termine la obra, van a quedar algunas calles más altas que los terrenos, porque hay que darles pendiente a todas las calles. Así que la gente seguramente va a tener que poner de sí, el que tenga las posibilidades, y el que no, obviamente lo ayudará el estado”, detalló.

Crecimiento demográfico

El IPV lleva regularizado casi todo el sector 151, en que se encuentran la mayor parte de los barrios actuales de la Margen Sur: Arraigo Sur, Mirador, Argentino, 10 de Noviembre, Provincias Unidas, Betel, 15 de Octubre. La primera regularización que se hace al proyectar un barrio es dominial. Es decir, las mensuras para garantizar acceso a la tierra de forma regular, con el correspondiente pago de impuestos; luego se realiza la conexión de los servicios, y se construye. En estos casos, no fue así. La situación desesperada de muchas familias, sumada a la especulación económica y políticas de algunos sectores, puso en marcha el proceso de ocupación. Se generaron redes clandestinas de servicios, proliferaron los pozos ciegos, y los problemas: “Si vos observás las fotos del proceso de ocupación, vas a ver que en el 2006, en ese sector, había un chorrillo enorme, y la gente se asentó sin ningún tipo de relleno, o con un relleno mínimo. En menos de diez años, hubo una ocupación de tres mil lotes en la Margen Sur. Imaginate que el casco viejo, que estaba en torno al CAP se generó en 30 años. Y en menos de diez se quintuplicó. Nosotros empezamos a trabajar, con las 218 viviendas, que es el barrio 15 de Octubre, en el entorno no había absolutamente nada. Y fuimos testigos de como se fue gestando. Así que los problemas se van trasladando a los últimos barrios”, resaltó Montes.

Y remarcó: “Técnicamente se ha trabajado y respondido con bastante celeridad, dada la velocidad a la que se ocupó. Ninguna de las áreas técnicas del IPV va a querer perjudicar a la gente para que no acceda, para que se inunde o se congele. Al contrario, es para poder garantizarles una mejor calidad de vida, y tener un mejor acceso. Pero en el proceso, como ya hay gente viviendo, se generan estas molestias”.

“En Chacra XIII, teníamos una urbanización desde cero, comparado con este lugar en el que la gente ya estaba ahí; es imposible que no haya problemas. No se puede tampoco prometer que vas a solucionar esos problemas ya, hoy; porque eso no existe”, declaró Montes.

Joel Coli, coincidió con la especialista, y agregó: “Acá los vecinos tienen las puertas abiertas, siempre. A mí no me parece correcto hacer política con la gente que pasa necesidades. Antes de empezar la obra, a los vecinos se los citó acá, se les explicó la obra; que seguramente, por un tiempo iban a quedar cerradas las calles, y se les va informando, la situación y la obra, como va avanzando”, concluyó.